El palo o la zanahoria
En los años setenta entrenó en España al Atlético de Madrid y al Sevilla Max Merkel, a quien la prensa pronto bautizó como Mister Látigo, por sus métodos de entrenamiento y la forma de tratar a las figuras. Merkel resumió su filosofía sobre el tema en un libro titulado "Con el terrón de azúcar y el látigo". Veinte años después los entrenadores alemanes siguen divididos ante el dilema, sin que los hechos den la razón con claridad a los partidarios del palo o la zanahoria. Al menos eso se desprende de los casos más recientes en la Bundesliga.Otro conocido de la afición española, el ex entrenador del Atlético de Bilbao y hoy en el Eintracht Francfort, Jupp Heynckes, optó por el látigo. Ante el adocenamiento de las figuras de una plantilla tan difícil que se ha ganado a pulso el mote de La diva caprichosa, Heynckes optó por cargarse a los cabecillas. El Francfort prescindió del internacional alemán Maurizio Gaudino y del internacional ganés Tony Yeboah, capitán del equipo y dos veces máximo goleador de la Bundesliga. Los dos han ido a parar a la Primera División de la Liga inglesa y al mismo tiempo el Francfort se aproxima a los puestos de cola. El pasado sábado, el Francfort perdió 1-3 en casa ante el Kaiserslautern. En las gradas el público pedía a gritos la vuelta de Yeboah. Una pancarta proponía a Heynckes que se fuera para desempeñar el cargo de canciller federal.
El entrenador del Bayer Leverkusen, el serbio Dragoslav Stepanovic, tiene que lidiar en su plantilla con miuras de muchos años y resabiados como Bernd Schuster y Rudi Völler. Schuster se ha empeñado en que el equipo de la aspirina juega mejor con un sólo punta. Stepanovic hizo caso a Schuster y el sábado no alineó de salida a Ulf Kirsten. Leverkusen perdió 1-2 en casa contra el Werder Bremen. La silla de Stepanovic, que se plegó a los deseos de su figura, empieza a tambalearse.
Por cierto, que el culpable de la derrota del Leverkusen ha sido Mario Basler, otro futbolista conflictivo para el seleccionador nacional, Berti Vogts, quien ha tenido sus más y sus menos con él y contra España sólo lo sacó al final. Basler destapó en Leverkusen el tarro de las esencias y marcó dos goles como para conservar en la videoteca. Demasiado para Vogts, quien parece inclinarse por los trotones disciplinados.
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