El roce con la CIA, nuevo bache en las aspiraciones presidenciales de Balladur
La inusitada publicidad con que Francia denunció el miércoles las actividades de espionaje estadounidenses se convirtió ayer en un nuevo problema para Édouard Balladur, el primer ministro cuya candidatura a la presidencia no vive desde hace más de una semana ni un día apacible. Miembros de la candidatura del rival Jacques Chirac afirmaron que Balladur y su ministro del Interior, Charles Pasqua, habían filtrado el conflicto con la CIA para hacer olvidar al electorado el escándalo de las escuchas ilegales.
El ministro de Exteriores, el chiraquista Alain Juppé, se declaró "escandalizado" y pidió una investigación oficial sobre los orígenes de la filtración. Philippe Vasseur, vicepresidente del Partido Republicano y miembro de la candidatura de Jacques Chirac, manifestó que Balladur y Pasqua habían intentado una peligrosa "maniobra de diversión".La misma sospecha fue recogida en los comentarios de prensa. Le Monde, diario que obtuvo la exclusiva, sugirió ayer dos hipótesis para justificar la filtración: o bien se quería enterrar el escándalo de las escuchas ilegales autorizadas por Pasqua y Balladur, o bien se quería crear desde el Gobierno una reacción patriótica típicamente gaullista contra el "imperialismo americano".
La diplomacia francesa dedicó ayer la jornada a calmar los ánimos y a restar importancia al incidente, con el objetivo de impedir una inoportuna crisis en las relaciones franco-norteamericanas. Para el ministro de Exteriores, Alain Juppé, el asunto "jamás debió tratarse de forma pública" y su divulgación requería una investigación oficial destinada a establecer "el origen de las fugas".Investigación en marcha
Nicolas Sarkozy, portavoz de la candidatura presidencial de Balladur, le respondió que la investigación estaba ya en marcha. Todos los indicios apuntaban ayer hacia el Ministerio del Interior, de quien de penden los servicios de contraespionaje de la Dirección de la Seguridad del Territorio, como origen de la filtración.
Washington pareció ayer plantar cara a París en el desafío de los espías. Christine Shelly, portavoz del Departamento de Estado, señaló que las cinco personas acusadas de ser agentes de la CIA no serán llamados a Estados Unidos sino que se quedarán en su destino "siguiendo el ritmo normal de rotación". "Nuestro personal no ha sido específicamente instado a salir" de territorio francés, manifestó la portavoz, quien no reveló cuál es el "ritmo normal de rotación", que oscila entre dos y cinco años, según el país y las circunstancias.
En cualquier caso, el asunto se ha convertido en un nuevo bache para Balladur, cuya doble condición de primer ministro y candidato resulta, contra lo que él mismo esperaba, crecientemente incómoda.
El rápido descenso de la popularidad de Balladur ha dado tranquilidad a la candidatura socialista de Lionel Jospin, a quien los sondeos parecen asegurar la presencia en la segunda vuelta, y euforia a la candidatura gaullista de Jacques Chirac, cuyos partidarios vuelven a creer en la victoria.
Ahora, el primer ministro se ve obligado a lanzarse de lleno a la campaña para no verse definitivamente desbordado. En sus últimas intervenciones ha acusado a Chirac, sin nombrarle pero con un tono agresivo hasta ahora desconocido en él, de fomentar "falsas esperanzas" con sus "falsas promesas" al electorado.
Otro rival para Jospin
Un nuevo candidato se sumó ayer a la carrera presidencial francesa, Jean-François Hory, presidente de la formación Radical, decidió finalmente no apoyar al socialista Lionel Jospin y erigirse en opción alternativa. Radical, nuevo nombre del Movimiento de los Radicales de Izquierda, logró un 12,5% de los votos en las elecciones europeas de 1994. Pero en aquella ocasión disponía de su mascarón de proa, el polémico Bernard Tapie. Ahora Tapie está legalmente inhabilitado para ser candidato, durante un plazo de cinco años, a causa de sus múltiples procesamientos y la quiebra de sus empresas. Y no parece probable que Hory, un hombre de escasa popularidad, pueda repetir el excelente resultado del pasado año.El propio Tapie se había mostrado favorable aun entendimiento con los socialistas. Hory decidió, sin embargo, que sólo una candidatura propia podía asegurar la supervivencia de Radical como partido autónomo. El candidato socialista, Lionel Jospin, afirmó que Hory tenía "todo el derecho" a ser candidato, y opinó que su iniciativa no robaría demasiados votos a su propia candidatura.
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