Londres y Dublín tienen ya concluido el plan de paz sobre Irlanda del Norte
Los primeros ministros de Irlanda y el Reino Unido, John Bruton y John Major respectivamente, harán público mañana, en Belfast, el contenido del polémico documento sobre el futuro de Irlanda del Norte que pone fin a dos años de trabajo conjunto de ambos Gobiernos. El texto, del que desconfían profundamente los partidos unionistas, se someterá previamente a una última lectura por el Gabinete que preside Major en una reunión especial prevista par a hoy.La reunión es un mero trámite tras el acuerdo alcanzado el fin de semana entre los ministros Patrick Mayhew, británico, y Dick Spring, irlandés, imprescindible para la publicación del documento. Pese a la insistencia de los rumores de que Major escogería Belfast para difundir el controvertido texto legal, el Gobierno británico se abstuvo de confirmar este extremo. Después de todo, a Major le esperaba todavía hoy el amargo trago de recibir al líder del Partido Democrático del Ulster, Ian Paisley.
Precisamente ayer, Paisley anunció a la prensa su intención de lanzar a la arena política una nueva iniciativa de diálogo, una especie de documento marco alternativo para negociar desde ahora. El descontento de los partidos protestantes por el perfil demasiado nacionalista de lo pactado por Londres y Dublín es uno de los principales escollos a salvar por Major. La detención ayer de siete miembros del Sinn Fein, partido político que representa al IRA, en Londonderry, seguida de un amplio registro en el cuartel general de esta formación en esa ciudad de Irlanda del Norte, levantó un nuevo frente de protesta en los sectores republicanos del Ulster.
Disparos de las SAS
La actuación policial en Londonderry coincidía con el inicio en Estrasburgo de la vista contra el Gobierno británico en relación con el presunto asesinato, en 1988, de tres miembros del IRA por las fuerzas antiterroristas británicas en Gibraltar. El Reino Unido se sienta en el banquillo del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo acusado de violar el artículo 2 de la Convención, en el que queda salvaguardado el derecho a la vida humana. Un récord que no tiene ningún otro país firmante de la Declaración.
Loa abogados de los tres presuntos activistas del IRA muertos a tiros en Gibraltar, Daniel McCann, Sean Savage y Mairead Farrell, han presentado el caso como una flagrante violación de dicho artículo, dado que ninguno de los tres iba armado cuando miembros de las SAS dispararon contra ellos en una calle de la colonia británica.
Los miembros de las SAS alegaron en su momento que su expeditiva actuación estaba justificada por las sospechas de que los tres activistas, expertos en explosivos, preparaban la colocación de una bomba en Gibraltar que habría de explotar en el momento de la ceremonia semanal de cambio de guardia del regimiento Royal Anglian.
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