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Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
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¿Desconoce la revista 'Tranvía' el vocablo terrorismo?

Juan Arias

Walter Frey, el editor de la revista Tranvía, que se publica en Berlín en lengua alemana y que se ocupa trimestralmente de los problemas de la península Ibérica (España y Portugal), ha escrito al Defensor del Lector para manifestar su "indignación" por un comentario que sobre dicha revista publicó Babelia, el suplemento cultural de este diario, firmado por nuestro colaborador Stefan Scheuermann.La afirmación de que Tranvía desconoce el vocablo "terroris'mo", dice el editor, "no sólo no es verdad, sino que la considero calumniosa". Y subraya que Holm-Detlev Koehler, politólogo de la Universidad de Oviedo, habla explícitamente de la "organización terrorista" ETA y de su "terror mafioso" (página 65, columna derecha, segundo párrafo). Y añade: "Además me resulta inaceptable que el señor Scheuermann, refiriéndose a nuestra revista, pueda escribir sobre 'un extraño interés subversivo por los asuntos del País Vasco". Frey concluye: "Quisiera subrayar que Tranvía es una revista cultural de izquierdas que, sin embargo, deja hablar en sus páginas a un espectro de opiniones más amplio y diferenciado de lo que parece indicar el señor Scheuermann".

Tragicómico

El autor del artículo incriminado, convocado por el Defensor del Lector, explica: "Lamento profundamente el malestar originado en el señor Frey, director de una revista que indudablemente ha hecho mucho a favor de la difusión de la cultura española en Alemania. Sin embargo, tenía entendido que la labor de un autor de Don de Lenguas (la sección de Babelia donde apareció el artículo) consiste en seleccionar cuatro temas culturales de la prensa extranjera, darles una lectura personalizada y recontarlos con creatividad, añadiéndoles comentarios críticos y opiniones. Una opinión no me parece censurable (sí discutible), y menos cuando es fundamentada".Scheuermann añade: "Mí artículo no trata de calumnias, sino de las calamidades de la izquierda española e internacional, del debate abierto sobre la reorientación de sus integrantes tras la descomposición del sistema socialista. Arrancando de una descripción de un hispanófilo alemán deducible de las páginas de Tranvía, mi artículo ofrecía un pupurrí tragicómico sobre los mitos de la izquierda heterodoxa, sus inacabables rencillas y su romanticismo revolucionario de salón".

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El autor del artículo explica que, por lo que se refiere a su afirmación de que la revista muestra "un extraño interés subversivo por el País Vasco", dicho interés -"y no sólo por los asuntos del País Vasco, sino por todo olor a pólvora en aras de la libertad"- es notorio también "en muchas facciones de la izquierda heterodoxa, como también lo es el interés de la misma por la condena de los actos terroristas de grupos clandestinos y de Gobiernos totalitarios, siempre y cuando se autodenominen socialistas. Hans Magnus Enzensberger, hispanista, escribió a principios de los setenta un emocionante libro sobre la vida de Durruti, y nunca ha disimulado su simpatía por los anarquistas. Enzensberger, como el señor Frey, jamás se ha pronunciado a favor del. terrorismo, pero mientras Enzensberger, con ese libro, se desmarcó de la revolución del 68, para muchos de sus lectores fue la justificación de la lucha armada contra el Estado".

Una calumnia muy grave

Este diario ha pedido su parecer al catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Berlín Ignacio Sotelo, que vivió el nacimiento de Tranvía en abril de 1986 y cuyo editor había sido alumno de su departamento, donde se licenció en Ciencias Políticas.Sotelo cuenta que él había desaconsejado la salida de la revista porque no le veía futuro en Alemania a una publicación sobre la cultura ibérica. Y comenta: "Walter Frey no me hizo caso y ha tenido razón: Tranvía ha llegado . ya al número 3 5 y tiene unos 2.000 suscriptores". Según el catedrático español, "Walter Frey y Brunhilde, su mujer, hispanista, pertenecen a la izquierda alternativa, sin la menor intolerancia ante las otras izquierdas, incluida la comunista, pero, su pacifismo es de ley". Y añade que se trata de una revista "que se ha convertido en el mejor estandarte de la cultura hispanoportuguesa en Berlín". Sotelo recuerda con ironía que en Tranvía han escrito autores tan subversivos como Rosa Montero, Juan Goytisolo, Haro Tecglen, José Saramago, Sánchez Ferlosio, García Calvo, Martínez Alier y un largo etcétera. Y que le han concedido entrevistas, entre otros, Vázquez Montalbán, Luis Landero, Eduardo Galeano, Javier Tomeo y Cristóbal Halffter.

De ahí que el catedrático comente: "El punto que levanta mi indignación es que se afirme que Tranvía 'muestre un extraño interés subversivo por los asuntos del País Vasco'. O que se diga que 'desconoce el vocablo terrorismo', frase que abiertamente insinúa a quien no conozca la revista que ésta se encuentra en la órbita de los simpatizantes de ETA. Y esto es falso; no encaja en la trayectoria de la revista, y, además, en el número 35 se habla de ETA -como no podía ser menos- como de 'una organización terrorista". Y concluye: "Se levanta así una calumnia gravísima en un periódico como EL PAÍS que no falta en ningún departamento de español de Europa y América. Y, justamente por la importancia del medio, considero que el daño que se hace a la imagen de una revista por la que siento especial cariño es grave".

El autor del artículo ha querido, sin embargo, que el Defensor del Lector reproduzca completa la frase del artículo de Tranvía en la que, según Frey y Sotelo, aparece claro que se habla de terrorismo, porque considera que puede tener varias interpretaciones y desea que los lectores puedan juzgar por ellos mismos. La frase en cuestión reza así: "ETA se encuentra en el momento actual debilitada en todos los niveles y entretanto para muchos vascos ha caído en la condición de pura organización terrorista. Los atentados sin sentido político contra personas civiles, el terrorismo estilo mafia contra pequeños empresarios y comerciantes y un discurso vacío y alejado de la realidad encajan cada vez más en la difundida imagen oficial anti-ETA".

Ángel Sánchez Harguindey, redactor jefe de Babelia, señala por su parte que "es evidente que resulta difícil, por no decir imposible, cotejar las crónicas de los colaboradores y comprobar si se atienen a una interpretación correcta de lo que reseñan, y más aún si la discusión se centra en una publicación en alemán. En este caso el problema es, básicamente, de interpretación. Creo que el editor de Tranvía tiene razón en quejarse de que el texto ha sido mal interpretado, pero también es comprensible la confusión por el final de la frase motivo de la discusión. En todo caso, lo único que cabe afirmar es que trataremos de que no se repitan situaciones similares. Ver en ello una actitud injuriosa me parece excesivo. Se puede hablar de torpeza, pero, para ser más preciso, se debería hablar de una torpe interpretación de un texto confuso".

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número 91 / 337 78 36.

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