Yeltsin abre en el Parlamento su campaña electoral
El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, inició ayer su propia campaña electoral y afirmó reiteradamente que los comicios, tanto parlamentarios como presidenciales, se celebrarán en el plazo previsto por la ley; es decir, en diciembre de 1995 y a mediados de 1996, respectivamente. En su alocución ante las dos cámaras del Parlamento, Yeltsin prometió una reforma del Ejército. Aunque el presidente no indicó ni la orientación de la medida ni si ésta se traducirá en un incremento o en una disminución de los efectivos del Ejército, un informe distribuido simultáneamente al discurso presidencial precisa algunos puntos de esta reforma y señala que las Fuerzas Armadas deben hacerse más compactas y reducir sus efectivos.
El documento hace hincapié en la responsabilidad de Rusia de garantizar la seguridad en el con junto del espacio ex soviético y la defensa de las fronteras externas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Los intereses de la Federación Rusa pueden requerir una presencia militar en el territorio de sus vecinos de la CEI con el fin de impedir influjos desestabilizadores para Rusia, subraya el documento.Las fallos del mando militar ruso en Chechenia, dijo Yeltsin ante el Parlamento, "son un golpe doloroso en el patriotismo, los sentimientos cívicos y la dignidad de los rusos". Chechenia, según la argumentación presidencial, ha demostrado la falta de preparación de las Fuerzas Armadas para resolver, conflictos de carácter local y la falta de un mecanismo legal y organizativo para utilizar el Ejército y los poderes fácticos en motines armados.
Ante las dos cámaras del Parlamento -reunidas en la Sala de Mármol del Kremlin, que fue escenario en el pasado de los plenos del Comité Central del Partido Comunista de la extinta URSS-, el presidente ruso anunció la revisión del sistema de reclutamiento, la política de cuadros, el sistema de movilización, de instrucción, y la industria bélica. El resultado deberá ser un Ejército "relativamente reducido" y "suficientemente completo con personal y armas modernas", dijo Yeltsin con magistral virtuosismo político. El presidente planea dar detalles sobre su concepción de la reforma militar dentro de unos meses, según informó la agencia Interfax, citando fuentes del Kremlin.
Yeltsin, que corrigió y precisó a última hora el borrador del discurso repartido la víspera, se declaró vehementemente en contra de la "expansión apresurada" de la alianza atlántica a Europa del Este. Pese a "todas las contradicciones del periodo de transición", Rusia es fiel a los valores democráticos y quiere participar en la construcción del nuevo orden mundial en el continente europeo, señaló Yeltsin. El intento de defender a los países de Europa del Este de unas supuestas "negras intenciones" de Moscú no tiene fundamento y va en Contra de la colaboración en el continente, dijo Yeltsin, quien rechazó el retorno "a viejas o nuevas líneas divisorias".
Los indicios de que Yeltsin se ha orientado ya hacia la campaña electoral han proliferado últimamente. En la localidad de Desna, a las afueras de Moscú, tres asesores presidenciales trataron la semana pasada de convencer a un grupo de diputados de la Duma de que formen una nueva facción parlamentaria en apoyo del presidente y no busquen una alternativa en el primer ministro Víctor Chernomirdin, tal como hacen algunos sectores pro-Yeltsin que consideran agotada la credibilidad del presidente. El nuevo grupo parlamentario, que ha surgido ya y tiene el apoyo de 41 diputados, ha sido bautizado con el nombre de Estabilidad.
El presidente tiene ahora algo más de un año para recuperar su imagen, que, según una reciente encuesta del Centro para el Estudio de la Opinión Pública, está en cuarto lugar en el índice de popularidad (con un apoyo del 6% de la población), seguido del ex vicepresidente Alexandr Rutskoi y el líder de los comunistas, Guennadi Ziugánov, con el mismo porcentaje. A la cabeza de popularidad está el economista Grigori Yavlinski (10%), seguido de Yegor Gaidar y Vladímir Zhirinovski (con un 7% cada uno).
Los políticos rusos toman ya posiciones para los comicios, y Ziugánov, que se ha desmarcado de los ultranacionalistas de Zhirinovski, dijo ayer que Yeltsin y sus partidarios no tenían más alternativa que ir a las elecciones por falta de capacidad para mantener un régimen militar-policial. Zhirinovski, a su vez, opinó que Rusia no necesita elecciones, sino orden y el cierre de fronteras durante los próximos 50 años.
Tono fustigador
Olvidándose de su posición en la jerarquía política, Yeltsin adoptó en ciertos momentos el tono fustigador que le valió su elección en 1990, cuando era el combativo adversario del sistema comunista. El presidente, acusé al aparato burocrático" de haber "intentado someter las instituciones del Estado a sus intereses egoístas".
Yeltsin reiteró su apoyo a la línea de reformas y se pronuncio por un cambio estructural de la economía, basada aún en la exportación de materias primas. Sin embargo, importantes aumentos de las exportaciones de petróleo, gas y diamantes en enero indican que el presidente puede tratar de fomentar su popularidad y compensar las estrecheces del presupuesto estatal (no aprobado aún definitivamente) recurriendo a las exportaciones tradicionales rusas..
Al referirse al precio social de la reforma, Yeltsin dijo que muchos trabajadores recibían "un sueldo humillantemente bajo".
[El discurso del presidente "confirma nuestra impresión de que Borís Yeltsin está al frente de la política rusa y est comprometido con la reforma", manifestó Mike McCurry, portavoz del presidente Bill Clinton, informa Reuter. McCurry también insinuó que la cumbre Yeltsin-Clinton prevista para el 8 de mayo en Moscú podría posponerse].
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