La FIFA y la UEFA mantienen su apoyo a Inglaterra
Los disturbios en Dublín han provocado una reacción singular. Los ingleses están convencidos de que perderán la organización de la Eurocopa de 1996. El resto de la comunidad internacional les ha tranquilizado.Mientras Mike Ingham, redactor jefe de los servicios de fútbol de la BBC, anunciaba que "Inglaterra sólo tiene una remota posibilidad de mantener la organización de la Eurocopa" y hasta pidió la renuncia "para eliminar riesgos", tanto la FIFA como la UEFA reiteraban su fe en los ingleses.
Joâo Havelange, presidente de la FIFA, declaró ayer: "Inglaterra no merece que se le retire el derecho deportivo de organizar la fase final de la Eurocopa". Y agregó: "La FIFA está allí para garantizar la seguridad y el juego limpio a nivel de jugadores y no puede asegurar la seguridad del público".
La UEFA ha optado por una postura de cautela. En un comunicado se limitó a lamentar los incidentes y declarar que los informes pedidos a las federaciones de Inglaterra y la República de Irlanda serán sometidos a su Comité Ejecutivo y al Comité Organizador de la Eurocopa. Mientras tanto, portavoces de las federaciones de Alemania, Francia, Holanda y Bélgica expresaban su confianza en la capacidad inglesa para albergar la fase final del torneo.
Los análisis sobre los orígenes de los disturbios se centran en la falta de segregación entre ingleses e irlandeses en la Tribuna Oeste del estadio de Lansdowne Road -la teoría es que muchos irlandeses habían comprado sus entradas en Inglaterra- y la tardía reacción de la policía a pesar de los avisos recibidos desde Londres sobre la presencia de seguidores con antecedentes.
Las preocupaciones internacionales se centran en el entorno político. Glyn Ford, diputado socialista en el Parlamento Europeo y portavoz, sobre temas de racismo y xenofobia, afirmó: "La extrema derecha tiene sus tentáculos en los graderíos de media Europa. Los incidentes demuestran una infiltración aterradora de organizaciones neonazis".
Bertie Ahern, líder de la oposición en el Parlamento irlandés y qué estuvo en el estadio de Lansdowne Road, señaló: "Antes del partido ya era evidente que había un núcleo de unos cincuenta radicales del Frente Nacional. Hacían el saludo nazi y todo eso...".
El capitán de la selección inglesa, David Platt, era uno de los más entristecidos. Milita en el Sampdoria y vivió consternado la reciente tragedia en Génova. "Hace dos semanas la prensa italiana citaba Inglaterra a la hora de buscar fórmulas para frenar la violencia. Ahora tengo que volver a Italia y dar explicaciones a los periodistas que pensaban así".
Es poco probable que la UEFA castigue a Inglaterra con la pérdida de la Eurocopa, pero al mismo tiempo abre la puerta a una prohibición sobre la disputa de partidos fuera de sus fronteras. El encuentro de Dublín fue el primero que la selección inglesa disputaba en campo contrario, desde el enfrentamiento con Holanda en octubre de 1993. La policía holandesa detuvo a un millar de ingleses.
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