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TRAUMATOLOGÍA

La velocidad y la masificación de las pistas aumentan la gravedad de las lesiones de esquí

El esquí es un deporte de riesgo y, sin embargo, muchos esquiadores no lo consideran una actividad peligrosa. La mejora de los equipos ha reducido las lesiones de tobillo, muy habituales antes, pero también permite alcanzar una mayor velocidad que, en caso de caída, puede tener consecuencias graves. El factor velocidad, además, se lleva muy mal con las aglomeraciones. En España, el esquí está dejando de ser un deporte de minorías -lo practican dos millones de personas-, lo que está llevando a la creciente masificación de las pistas.El resultado es que la mejora de los equipos y de las condiciones de seguridad de las pistas ha reducido notablemente las lesiones menores antes muy frecuentes, pero han aumentado los traumatismos craneales, las lesiones graves e incluso los accidentes mortales.

Un informe médico de la Sociedad Internacional de Traumatología del Esquí y Medicina de los Deportes de Invierno (SITEMSH), con sede en Suiza, señala que "los traumatismos craneales y cervicales han aumentado su frecuencia e importancia en un 10%, juntamente con las lesiones de ligamento en la rodilla, cada vez más complejas". El estudio indica que la causa principal de este crecimiento en la gravedad de los accidentes es la velocidad.

Aleix Vidal, responsable médico de la estación de esquí de Baqueira-Beret, en Lérida, y representante de SITEMSH en España, considera que hay que diferenciar entre el número de accidentes y las lesiones que se producen por caídas y colisiones. "El porcentaje de accidentes en Europa no ha variado, se mantiene, e incluso aumenta en proporción al crecimiento del número de esquiadores. Las lesiones, al contrario, han disminuido en numero pero han aumentado en gravedad", explica.

Las estadísticas indican que en las estaciones de esquí de los Alpes la media de accidentes que se producen es de 3,5 por cada 1.000 esquiadores y día. Estos datos son extrapolables a los centros invernales españoles. El número de accidentes crece en un 10% cada temporada, exactamente el mismo porcentaje en que aumenta la afluencia de esquiadores cada año a las estaciones.

Los médicos atribuyen el aumento de los traumatismos craneales a la evolución del material de esquí, cada vez más elaborado, que permite esquiar con mayor sensación de seguridad y más rápido. No sólo los esquiadores con buen nivel de preparación han aumentado la velocidad media; también los debutantes. En caso de caída o choque con otro esquiador, el impacto y las fuerzas que se generan pueden causar lesiones graves no sólo en las extremidades inferiores, sino también en otros órganos más vitales.

Colisiones

Un dato añadido: las colisiones entre esquiadores se han, incrementado y su porcentaje oscila entre el 18% y el 20% de los accidentes. El propio Rey Juan Carlos fue víctirna en diciembre de 1991 de la embestida de un esquiador en la estación de Baqueira-Beret que le provocó una lesión de rodilla.

La calidad de la nieve también influye en el incremento de los traumatismos. "Cuando hay mucho grosor y es nieve polvo, disminuyen", explica Vidal. "Por el contrario, aumentan si hay poca nieve y es dura". Las heladas de la primavera son las más peligrosas. En Baqueira-Beret, los traumatismos craneales representaron el 1% de los accidentes de la temporada pasada, año de nieves, mientras que en 1992-93, año con poca nieve, el porcentaje se elevó al 5,5%.

Las botas son ahora más altas y rígidas. Llegan al tercio medio de la pierna, de modo que han disminuido las lesiones de tobillo y la parte baja de la tibia. "Las lesiones han subido hacia la rodilla", explica Antón Rañé, traumatólogo de la clínica Asepeyo de Barcelona y asesor médico de la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña. "Este nuevo tipo de lesiones comporta en muchos casos una invalidez", añade.

El 54% de las lesiones que se produjeron en Baqueira-Beret en la temporada 1993-94 afectaron a los ligamentos de la rodilla mientras que el 6% fueron fracturas de tibia. Hace 20 años, este tipo de herida representaba el 50% de los casos.

Las lesiones de hombro, antebrazos y manos representan el 30% de los accidentes, mientras que hace 20 años eran del 7%. Las lesiones en el snowboard o plancha de surf representan el 40%.

La velocidad y la masificación no son los únicos factores que intervienen en los accidentes. La modernización de los remontes y telesillas y las mejores condiciones de las pistas "permiten que el esquiador realice más bajadas en una jornada, lo que aumenta la probabilidad del accidente", añade Vidal.

Información y sentido común

La mejor forma de prevenir los accidentes de esquí es una buena preparación física y técnica. Muchos esquiadores hacen vida sendentaria de lunes a viernes y el sábado se lanzan a las pistas como locos. Pero entonces la falta de fuerza muscular, resistencia, velocidad o elasticidad conduce con frecuencia a las tendinitis por sobrecarga, los esguinces, las roturas musculares o las caídas por agotamiento, con riesgo de lesiones de ligamentos graves. Como complemento de la preparación física, hace falta también mejorar la preparación técnica. Adquirir un buen nivel técnico aumenta la seguridad y reduce las posibilidades de lesiones graves.eAdemás, los especialistas recomiendan esquiar con material adecuado, informarse previamente sobre los peligros potenciales de las pistas y sobre el estado de la nieve; no esquiar por encima de las posibilidades, porque entraña un riesgo para el esquiador y para los demás. En el caso de los niños se recomienda también usar casco entre los seis y los 12 años. En lodo caso, todas estas normas para mejorar la seguridad se resumen en una, según los médicos consultados: "Esquiar con sentido común".

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