_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Perder

¿Da lo mismo perder por uno que por cinco? Cruyff dice que sí. Gaspart dice que no. Uno defiende el pragmatismo del que piensa únicamente en los dos puntos en litigio. El otro piensa con el corazón y habla de dignidad. Ambos representan dos reacciones muy generalizadas tras la derrota de Santander. Están los que quieren pensar que no pasa nada, que hay que olvidar este bache y que, total, sólo son dos puntos. Y están los que, por el contrario, se sienten heridos en su honor y ven manchada su inquebrantable y azulgrana fe. Lo malo de perder por cinco es que la gente se pone más nerviosa que cuando pierde por uno. Basta leer los periódicos de ayer y de hoy para darse cuenta de lo exagerado de la reacción mediática. Se habla de desastre, de calvario, de tragedia, de catástrofe, de humillación, y se amplifica el dolor por la derrota olvidando que, al fin y al cabo, el fútbol es un juego.Mientras tanto, los expertos analizan las tácticas con rotulador y suficiencia. Critican la política de fichajes para justificar los últimos tropiezos y el evidente pésimo juego del Barça. A toro pasado, este ejercicio recuerda el que practican algunos matrimonios en crisis. Un cónyuge le echa en cara al otro todas las miserias que ha cometido en el pasado, incluso las que ya han prescrito. Así que no se sorprendan si vuelve a hablarse del fichaje de Romerito, de la alineación de Lucendo o de la confusión de contratar al Hierro equivocado.

El sábado se perdió porque se jugó mal, eso es todo. Dicen que hubo mala suerte. Excusas. El equipo jugó fatal y, cuando esto ocurre, lo normal es perder, por 1 o por 5 o por 20. Afortunadamente para el fútbol. Ahora bien, tampoco hay que cortarse las venas. En la primera parte, los jugadores pusieron mucha voluntad, corrieron como posesos y procuraron suplir su alarmante falta de ideas con entrega y rabia. Se quiso, pero no se pudo. Dadas las circunstancias, lo mejor será que no caigan en la histeria general. ¿Cómo? Que se relajen cantando aquella canción de Dyango, barcelonista fuera de toda sospecha: "Pero es mejor querer y después perder que nunca haber querido".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_