El cadáver oculto en casa de un demente era el de una prostituta
Un enfermo mental Pablo Alonso Martínez, de 43 años, escondía en su casa de Vallecas el cuerpo sin vida de María Dolores Guerrero Junquera, una prostituta y heroinómana de 40 años, casada y con cuatro hijos, conocida en la calle de la Ballesta (distrito Centro) con el sobrenombre de La Loli. El cadáver fue identificado ayer por el padre de la víctima. La familia había denunciado la desparición de María Dolores la semana pasada.La policía encontró muerta a La Loli el pasado domingo, en un piso de la calle de Sierra Elvira, en Vallecas (véase EL PAÍS del lunes), cuando acudió a reducir al propietario de la casa, Pablo Alonso, que llevaba todo el día gritando y arrojando botellas a la calle.
Este demente fue trasladado al área de Psiquiatría del hospital Gregorio Marañón. Alonso había sido detenido el 22 de febrero del año pasado por mantener encerradas durante dos semanas en su casa a cuatro mujeres a las que obligó a prostituirse. La policía investiga ahora si este enfermo causó la muerte de María Dolores. Según las investigaciones policiales, en la autopsia no se han hallado señales violentas.
Varias prostitutas afirman que Pablo Alonso frecuentaba las calles de la Montera y de la Ballesta los días laborables en la madrugada. "Hace un año, La Morros se fue con él y encontró en la casa a cuatro prostitutas encerradas", según dijo una de ellas. La Estrella, desesperada ayer en busca de un pico, aseguraba aterrada que se pasó el fin de semana en casa del demente Pablo Alonso. "Sé quién es", dijo. "Vino a por mí el domingo y me llevó a su casa de Vallecas. Ahora me da náuseas pensar que cuando yo estaba en su casa La Loli estaba muerta allí".
María Dolores tenía cuatro hijos: dos chicas de 23 y 20 años, respectivamente; un chico de 12, y un bebé de cuatro meses.
