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NECROLÓGICAS

Antonio Gabriel, fotógrafo

Fue como un mazazo. La noticia inesperada del fallecimiento del compañero Antonio Gabriel, fotógrafo de EL PAÍS, llegó a la redacción del periódico al filo de la medianoche del sábado y dejó suspenso el ánimo, rotos los corazones de cuantos se encontraban allí a sus tareas. Porque Antonio Gabriel era uno de los compañeros más queridos y admirados por todos. Estaba en situación laboral de baja por enfermedad, pero quienes le habíamos visto, hacía poco comentábamos su buen humor, su excelente disposición de ánimo, su magnífico aspecto. Tenía ganas de vivir, incluso de seguir trabajando en esta profesión de periodista que abrazó ya desde muy joven y ejerció con la entrega, y hasta con la mística propias de un catecúmeno. Por eso quizá aceptó preparar muestras antológicas de sus mejores realizaciones fotográficas. Recientemente inauguró una en Galicia sobre aquellas tierras, y el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, le propuso realizar un amplio reportaje acerca de la Galicia moderna. Una empresa ferroviaria le encargó la selección de sus más afamados trabajos periodísticos, que venía exponiendo en diversas ciudades españolas, y el sábado correspondió presentarla en Santander. Allí fue donde le sobrevino el infarto y la muerte.En esa exposición podían encontrarse algunos retazos de los más importantes trabajos periodísticos y fotográficos de Antonio Gabriel, que vivió en primera línea muchos de los principales acontecimientos de la historia contemporánea. El año 1959 entró en La Habana con Fidel Castro, cubriendo el triunfo de la revolución; fue de los primeros en llegar a Nicaragua tras el Catastrófico terremoto; estuvo en las guerras de Afganistán y de Vietnam. Precisamente en esta última contrajo una enfermedad ocular que habría de ser prácticamente incurable, no obstante lo cual desarrolló con aparente normalidad sus tareas profesionales cotidianas, quién sabe a costa de cuántos sacrificios.

Su percepción positiva de las cosas, su temperamento comba tivo, su amor a la profesión, ha cían de Antonio Gabriel un auténtico periodista de casta. En numerosas ocasiones a lo largo de los últimos años viajamos a diversos lugares de España para cubrir crónicas, entrevistas, reportajes, y las múltiples conversaciones con que llenábamos los días y las horas las enfocaba siempre en torno al periodismo. Eran conversaciones amenísimas, que enriquecía con sus experiencias, y siempre teñía un recuerdo amable, frecuentemente agradecido, para muchos de los directores y compañeros que había conocido a lo largo de sus más de 40 años de actividad profesional.

A los amigos de Antonio Gabriel nos maravillaba que después de haber vivido tan intensamente la profesión periodística, con la satisfacción del trabajo bien hecho y reconocido, aunque a veces también a costa de ímprobos esfuerzos y crueles frustraciones, conservara la ilusión del primer día y una dulzura de carácter singular, lo que era prueba evidente de su calidad humana.

Antonio Gabriel, fallecido a los 62 años de edad, estaba en posesión de los premios Popular, de Pueblo, Mingote y a la mejor fotografía taurina., concedido por Diario 16, que publicó EL PAÍS. Empezó a trabajar, casi un niño, en los talleres del diario Marca, pero enseguida se hizo fotógrafo de prensa y perteneció, sucesivamente, a las plantillas de las revistas Primer Plano y El Ruedo, y los diarios Marca, Informaciones, El Alcázar, Nuevo Diario, Diario 16 y EL PAÍS. En este último, del que fue responsable de la sección de fotografía, perteneció a la redacción fundacional, y también a las de Nuevo Diario y Diario 16. En otras etapas de su carrera fundó El Faro Deportivo, dirigió el Diario de Pontevedra, e incluso vivió algunos años en Cuba, llevado por ese espíritu aventurero que le ha acompañado hasta su muerte.

Todos los trabajadores de EL PAÍS, compañeros de fotografía, redacción, administración y talleres, hacemos llegar nuestros testimonios de pesar a la esposa de Antonio Gabriel, María Luisa, y a sus cuatro hijos, dos de los cuales ejercen también el periodismo: Luis es fotógrafo en Marca y Antonio pertenece a la redacción de Onda Cero.-

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