El G-7 discute vías para mejorar la cooperación y prevenir crisis como la de México
Los ministros de Economía de los siete países más ricos del mundo (G-7), reunidos desde ayer en Toronto, debatirán vías para evitar que crisis como la de México pongan en jaque al sistema financiero intemacional. La discusión no estará ausente de tensiones después de que seis países europeos se abstuvieran de aprobar la línea de crédito de 17.800 millones de dólares (2,36 billones de pesetas) que el Fondo Monetario Internacional va a poner a disposición de México. Estos países protestan por no haber sido consultados por Bill Clinton sobre las ayudas.
Mientras, un nuevo crédito ha venido a sumarse a los ya anunciados. El Banco Mundial concedió ayer 2.000 millones de dólares a México para financiar el programa de reformas y solventar la crisis surgida con la devaluación del peso. Las lecciones de la crisis del peso dominarán la agenda de la reunión que los responsables de política económica de Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá,celebran ayer y hoy en Toronto (Canadá). El Grupo de los Siete (G-7) ultimará los detalles. del paquete de 47.800 millones de dólares de ayuda a México que anunció Bill Clinton el martes pasado y debatirá cómo mejorar el papel de los organismos financieros internacionales para evitar crisis como la mexicana.
De esa cantidad, a Estados Unidos le corresponden X000. millones. El Fondo Monetario Internacional aportará 17.800 millones y los bancos centrales de los países más ricos, 10.000 millones de, dólares, que canalizarán a través del Banco de Pagos Internacionales. El secretario del Tesoro estadounidense, Robert Rubin, que atiende por vez primera una reunión del G7, aseguró anteayer que de no ser por las nuevas líneas de crédito, México habría suspendido el pago de su deuda en cuestión de días.
Asistencia de Camdessus
Michel Camdessus, director general del FMI, asistirá también a la reunión. Su presencia dará lugar a críticas por parte de los miembros europeos, quienes han protestado por no haber sido consultados en la negociación de la ayuda al país latinoamericano. Una negociación que se llevó a cabo entre Camdessus y Clinton una vez que este último advirtió las dificultades del Congreso estadounidense para aprobar el paquete de 40.000 millones de dólares prometido a su país vecino. Seis socios europeos (Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Suiza), aun estando de acuerdo con la concesión del crédito, manifestaron su desacuerdo a este procedimiento con la abstención en la votación del FMI, que anteayer dio luz verde al auxilio de 17.800 millones de dólares con el 85% de los votos. Fuentes oficiales británicas comparaban la intervención de EE UU y el FMI en la crisis del peso con la falta de ayuda prestada a la libra esterlina durante la crisis del Sistema Monetario Europeo en 1992. Según el director ejecutivo del FMI, Karin Lissakaers, "no había tiempo para las consultas".
En la reunión, Alemania buscará las máximas garantías de parte del Fondo para que el auxilio internacional ayude efectivamente a sanear la economía mexicana, lo que significa que reclamará una estrecha vigilancia de las políticas monetaria y fiscal que aplica el Gobierno de Ernesto Zedillo. Alemania también utilizará el foro del G-7 para pedir a Rusia, que siga adelante con las reformas económicas a pesar del impacto del conflicto de Chechenia.
Lo que más preocupa al FMI y al G-7 es que crisis como la mexicana se reproduzcan en otros países. Así lo advirtió recientemente Michel Camdessus. Ayer Argentina publicó un dato preocupante sobre la evolución de su balanza exterior. El déficit comercial (diferencia entre importaciones, y exportaciones) ascendió a 5.935,2 millones de dólares, lo que supone un aumento del 71%,8% con respecto al ejercicio anterior y representa una cifra récord en la historia argentina. En comparación con 1993, el volumen de imporiaciones creció un, 28% ' hasta 21.523,54 millones de dólares, y las. exportaciones aumentaron un 18%, a 15.588 millones.
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