Un joven, detenido por matar a una ardilla del Retiro
Son inquietas y esquivas. Sin embargo, la ardilla que murió el pasado viernes en el parque del Retiro no pudo evitar los golpes que le propinó Valdemar Filipo R. P., un portugués de 24 años, que fue sorprendido por la policía cuando -inmediatamente después de aniquilar al primer roedor- iba a por otro.La patrulla del Grupo de Prevención de la Delincuencia detectó la matanza a las cuatro de la tarde del viernes, según informaron ayer fuentes policiales. Valdemar Filipo merodeaba el viernes por la tarde por los alrededores del palacio de Velázquez, próximo al estanque y al paseo de coches del Retiro. En la mano llevaba un palo, con el que mató a golpes a la primera ardilla, de unos 20 centímetros de longitud, que se cruzó en su camino. Cuando la policía le detuvo, corría tras otra ardilla. En esta ocasión no pudo con ella. El animal, asustado, trepó a un árbol.
Soprendido en plena faena por los agentes, Valdemar Filipo confesó que sólo pretendía jugar con los animales. La policía le detuvo, acusado de cometer un delito ecológico. Trasladado a los calabozos de la plaza de Castilla, el sábado pasó a disposición judicial.
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La ley prevé multas de hasta un millón de pesetas por matar a una ardilla
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La ficha policial de Valdemar Filipo R. P. estaba manchada. Ésta no era la primera vez que rendía cuentas ante la policía. En dos ocasiones anteriores ya había sido detenido por agresión sexual y robo con fuerza. Nada más ser detenido, confesó a los agentes de la policía que consumía habitualmente hachís.
Ahora, este ciudadano portugués, de 24 años, acusado de cometer un delito ecológico por haber apaleado a una de las 105 ardillas que viven desde hace ocho años en el parque del Retiro, tendrá que hacer frente a una sanción económica que podrá ascender a un millón de pesetas.
Este tipo de mamífero roedor, según la Ley 2/91, para la protección de la fauna y flora silvestres de la Comunidad de Madrid, no se encuentra entre los animales protegidos con sanciones catalogadas como graves, cuyas multas van del millón hasta los diez millones de pesetas, o muy graves, castigadas hasta con 50 millones de pesetas.
Por tanto, los delitos contra las ardillas se engloban dentro de las faltas menos graves, cuyas multas oscilan entre las 10.000 pesetas y un millón de pesetas.
Hace casi dos años, otras tres ardillas fallecieron en el Retiro: una por atropello, otra al caer de un árbol en una tormenta y la tercera de una pedrada.
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