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CIENCIA

Un rayo láser hacia el cielo estudiara el agujero de ozono en el Polo Sur

Un potente rayo láser ha empezado a agujerear el cielo sobre el Polo Sur y los científicos esperan que servirá para arrojar luz sobre muchos detalles vitales para entender la desaparición de la capa de ozono estratosférico. En condiciones primitivas e incómodas, un equipo de científicos de la Universidad de Illinois, ha terminado los preparativos para que este radar láser, o lídar, funcione durante el invierno antártico, cuando la noche dure 24 horas y las tempefraturas sean inferiores a -70 grados centígrados.

Se sabe que el cloro liberado en la atmósfera por algunos compuestos utilizados en la industria inicia una reacción en cadena que se come el ozono, descomponiéndolo en oxígeno libre y monóxido de cloro. Como catalizadores se cree que actúan pequeños cristales de hielo que se forman en la estratosfera cuando hace mucho frío. Los detalles de todas estas complejas reacciones no son conocidos.El radar láser explorará la atmósfera hasta 80 kilómetros de altura para crear continuos mapas tridimensionales de la composición química y los detalles físicos de la atmósfera a lo largo del año.

El rayo láser se dirige hacia arriba, totalmente perpendicular al suelo, a través de un conducto que atraviesa el techo de un laboratorio decrépito de la estación estadounidense Amundsen-Scott, en la Antártida. Parte de la luz resulta reflejada por las moléculas, partículas de hielo y elementos químicos, como el sodio, presentes en la atmósfera y recogida por un telescopio de 14 pulgadas que la traslada a una batería de detectores.

Se espera que las observaciones muestren cómo cambian de tamaño y forma los cristales de hielo estratosféricos a medida que se crea el agujero de ozono y cómo los diversos tipos de cristales afectan a la destrucción del ozono.

A pesar de sus esfuerzos para automatizar el proceso, el equipo no tiene más remedio que dejar allí a uno de sus miembros. durante todo el invierno para mantener los equipos. El laboratorio, de la National Science Foundation, está muy viejo y el lídar es un instrumento muy sensible. También hay cortes de luz en toda la base y el láser consume 7.000 vatios de potencia.

El lídar consiste, en realidad, en una serie de láser, el primero un láser pulsante de infrarrojos muy potente (26 vatios). Se puede enfocar directamente hacía el cielo o a través de una lente de cristal que dobla la frecuencia para producir un rayo verde. Éste, a su vez, se puede enviar hacia arriba o alimentar otro tipo de láser cuya frecuencia se puede ajustar con gran exactitud.

El aparato puede medir con precisión las cantidades de ozono en diversas alturas pero también puede suministrar energía a los átomos de sodio situados a 80 kilómetros sobre el observatorio y observar así cambios en la atmósfera y el paso de ondas de gravedad.

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