Auschwitz, el deber de recordar

Ha sido el año de las conmemoraciones. Felices y primaverales para celebrar el desembarco a principios de junio. Solemnes y líricas en la segunda mitad de agosto, momento en que los franceses recordaron la liberación de la capital. Angustiosas hoy, ya que se trata del encuentro de los ejércitos aliados y de los campos de concentración.Hasta los niños conocen estas imágenes. Se han encontrado con ellas en una película o en la televisión. Han visto las siluetas de los supervivientes envueltos en pijamas de rayas (...), han descubierto las cámaras de gas. ¿Qué es lo que pasa en esos momentos por su cabeza? ¿Sentimientos de horror o de cansancio no reconocido ante la repetición de imágenes del holocausto? Inútil interrogarlos, sondearlos: saben las respuestas que esperamos de ellos. (...)

¿Por qué no recordar esa imagen obsesiva de los campos de la muerte, que parece se les quiere imponer en nombre del deber de recordar? Curiosa expresión, típica de esta época que ignora deliberadamente la historia.

Las personas mayores gritan "el deber de recordar" para alejar la amenaza del olvido. Los medios de comunicación repiten el término a lo largo de sus emisiones. En este mundo liberado de tabúes no quedan más que tres imperativos categóricos: respetar la naturaleza, tener sentimientos humanitarios y acordarse de los campos de la muerte.

23 de enero