Jordi Pujol quiere exportar, "la tranquilidad" que vive la población en Cataluña al resto de España
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dijo ayer sentirse, tranquilo. Lo está él y dice que también la mayoría. de la población en Cataluña, y le gustaría que ese estado de ánimo se extendiera al resto de España. "Hay base para la tranquilidad", dijo Pujol, "porque la evolución de fondo de la economía española es buena". El presidente de la Generalitat y de Convergència afirmó que paraque España se integre con los países de cabeza en la unión económica y monetaria tiene que asegurar, antes de 1999, la competitividad de su economía y mejorar también la cohesión social.
Pujol debió considerar ayer que su apoyo al Gobierno socialista ha quedado estos días suficientemente claro. Quizás por ello centró su intervención en las jornadas 'de The Economist en aspectos más alejados de la palpitante actualidad, como la financiación autonómica, y sólo al final lanzó su mensaje de calma. "En Cataluña, con excepción de Seat, dijo, "en el terreno social y político el estado de ánimo de la población -e incluso de la Pressa- es de una tranquilidad que nos gustaría exportar al resto de España porque es muy importante". Eso y la afirmación de que hay un "buen fondo económico" fueron las dos alusiones del presidente catalán a la actual situación. Ayer, su preocupación iba por otro derrotero, el de la cohesión social.Cree Pujol que, durante los últimos años la redistribución de la riqueza en España en el ámbito territorial ha sido un éxito y un fracaso al mismo tiempo. Por un lado, ha habido importantes avances en la redistribución de las rentas, pero se han mantenido las diferencias de capacidad para generar riqueza (PIB) entre las distintas regiones. Dicho de otro modo, las transferencias de rentas a las regiones más subdesarrolladas han permitido a su habitantes vivir mejor, pero esas comunidades siguen siendo pobres, no producen.
Serena reflexión
Por ello, junto al mantenimiento de las transferencias de rentas, Pujol pidió ayer una reflexión "serena" para establecer un me canismo que estimule la creación de riqueza en las autonomías menos desarrolladas, sin que perjudique a las regiones más dinámicas "porque de ellas depende gran parte de la competitividad general".
El presidente de la Generalitat y de Convergència -junto a Unió, la coalición que apoya alGobierno- afirmó que el incremento de las transferencias no es suficiente para reequilibrar las diferencias regionales. Y tampoco lo es la inversión en infraestructuras que definió como "la gran tentación para la pereza política, porque cuando no se sabe qué hacer se hace una carretera"-. "Lo que es necesario", dijo, "es mejorar la estructura productiva, la formación de la gente, y mentalización". Pujol pidió también "más apoyo para una política regional de captación de inversiones extranjeras".
Mientras, Unió Democràtica -el socio democristiano de Convergència- anunció ayer que propondrá un amplio programa de privatizaciones para que sea negociado por Jordi Pujol en su próximo encuentro con el presidente del Gobierno, Felipe González. Unió se propone pasar del medio billón de pesetas previsto en privatizaciones de empresas públicas al billón. Las empresas publicas a privatizar, según explicó Josep Sánchez Llibre, portavoz adjunto de CiU en el Congreso, serían tanto las rentables (Endesa y Repsol, por ejemplo), como las dependientes de Patrimonio (Argentaria, Tabacalera, Trasmediterránea, Telefónica), aquéllas que requieren una alta tecnología que el Estado se ve incapaz de financiar (Ence y CASA, entre otras) y las que que son públicas sin razones que lo justifiquen (Potasas, Babcock Wilcox o Auxini). En cuanto al INI no rentable (minas, navieras y metalúrgicas), Unió propone que el Gobierno "racionalice, el sector" en un plazo de cuatro o cinco años, y reoriente las inversiones actuales hacia otras más innovadoras, que "a la larga" crearan más puestos de trabajo.
La dirección de la coalición CiU debe reunirse antes de que acabe enero para preparar los temas a abordar en la anunciada reunión entre Jordi Pujol y Felipe González.
Nueva contratación
Unió propone también que, para combatir el exceso de precarie-dad en el empleo, se cree una nueva modalidad de contratación, estable, de duración indeterminada, pero con una indemnización por despido de costo conocido de antemano por el empresario. Estos contratos podrían aplicarse a los actuales eventuales, nunca a los indefinidos.
Por otra parte, el presidente del BCH, José María Amusátegui, dijo ayer en las jornadas de The Economist que espera y confía que la economía española esté preparada para hacer frente a las exigencias de la competencia europea, "mediante la realización de los necesarios ajustes que alejen el peligro de sucesivas repeticiones de episodios de inestabilidad como el que hemos vivido hace unos días".
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