Suker marca toda la diferencia

El Zaragoza parece haber perdido gas. Ayer en Sevilla sólo demostró su condición de equipo que aspira a títulos durante 25 minutos. Enfrente, el Sevilla solucionó el primero de sus cuatro difíciles compromisos de este comienzo de año-Zaragoza, Betis, Atlético de Madrid y Real Madrid- con dos goles. El partido sirvió además para que el equipo de Luis afiance su, confianza en su propio campo, y para que la afición viera debutar al rumano Dumitrescu.Davor Suker volvió, sin embargo, a ser el jugador decisivo. Abrió el marcador y mantuvo a la defensa zaragocista en alerta a lo largo de todo el encuentro. Su movilidad resultó decisiva.

El partido comenzó frío como la noche de ayer en Sevilla pero se calentó con rapidez. El Zaragoza avisó en tres jugadas con infortunio y desacierto final. El Sevilla, por contra, apuntilló en la primera oportunidad en la que su delantera hilvanó una jugada de ataque.

El línier y Unzué deshicieron las tres ocasiones mañas mientras Soler y Suker se encargaban de burlar a Cedrún, descolocado en el gol. El Zaragoza volvió a tener infortunio con los jueces de línea. En Compostela el cabezazo de Poyet, sobre el final del partido, fue considerado falta. Ayer una jugada de rechace que Esnaider llevó a la red fue anulada por el línea, que decretó posición incorrecta ante las protestas de los jugadores de Víctor Fernández. La televisión dejó en entredicho la decisión arbitral y partido cambio de rumbo a la jugada siguiente.

El gol sevillista calentó el juego. El centro del campo del Zaragoza había construido media docena de llegadas que Esnaider, Poyet y Pardeza habían desaprovechado ante la meta rival, y al Sevilla le bastó una para jugar a favor de resultado, como más a gusto lo hace el equipo de Luis.

Suker rivalizó con Poyet y Esnaider en llegadas, pero las del Zaragoza trasmitían mayor sensación de peligro a la grada durante ese periodo. Al Sevilla le faltaba coordinación en su línea de creación -Dumitrescu tuvo detalles pero aún está compenetrado.