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La lira, al borde del colapso

La lira perdió cerca de un 8% frente al marco alemán en los nueve meses que ha durado el Gobierno de Silvio Berlusconi, mientras la producción industrial crecía en tomo a un 4,5%. En base a datos como ése, el ex presidente del Gobierno ha clamado contra la inestabilidad provocada por la oposición y, sobre todo, por sus aliados de la Liga Norte, a los que achaca toda la responsabilidad de un desplome monetario ajeno a la economía real.Sin duda, la continua agitación política que Italia ha padecido en los últimos tiempos, con la consiguiente imposibilidad práctica de hacer cualquier plan de futuro en ese contexto, es un factor determinante de desconfianza hacia la lira por parte de los inversores extranjeros. Pero el elemento básico de esa prevención es estructural, aunque no por ello menos político. Vincent Truglia, experto en Italia de la agencia internacional de calificación de riesgo Moody's, lo ve así: "Es difícil imponer austeridad a los italianos. Con Berlusconi nada ha cambiado; el problema central del país es, y seguirá siendo, el déficit".

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Tensión inmerecida
Poca credibilidad

La financiación de la deuda pública italiana, equivalente al 120% del producto interior bruto (PIB), representa un problema que, a medio plazo, desafía las posibilidades de las políticas normales de saneamiento. La aprobación de los presupuestos generales del Estado es, por ello, cada año mas, una difícil prueba para la estabilidad de la lira y la credibilidad de la política italiana.

La renuncia por Berlusconi a aplicar la reforma de las pensiones previamente anunciada, a fin de aplacar sindicatos que pocos días antes habían concentrado en Roma a un millón de manifestantes, tuvo un impacto negativo en los mercados.

Pero las convulsiones políticas que han guiado la caída de la divisa italiana desde las 980 liras por marco en que la cogió Berlusconi hasta las casi 1.060 liras por marco actuales han sido numerosas. Tras la ligera recuperación que normalmente sigue a la proclamación de un nuevo Gobierno, la lira conoció momentos de apuro hacia julio, cuando los mercados hubieron de digerir el primer gran choque de Berlusconi con los jueces.

Hubo varias caídas en picado provocadas por rumores puntuales de dimisión del primer ministro, y el Gobierno pidió una investigación sobre supuestos complós movidos por especuladores desde la Bolsa de Londres, que, como era de esperar, resultó totalmente inútil.

Paradójicamente, la lira reaccionó bien a la dimisión de Berlusconi, el pasado 20 de diciembre, pero reanudó su caída en cada ocasión en que el primer ministro dimisionario amenazó con provocar un conflicto institucional que implicaba un riesgo claro de que la crisis se saliera de los carriles constitucionales. El anuncio de que será Umberto Dini, el hasta ahora ministro del Tesoro, el que sustituiría la Berlusconi al frente del nuevo gobierno en funciones ayudó el viernes pasado a la lira. La depreciación de la lira ha favorecido la recuperación económica, como demuestra la mejora de la balanza comercial, pero ha presionado al alza la inflación.

Paralelamente, en el último semestre de 1994, la bolsa ha caído unos 20 puntos, perdiendo todas las ganancias acumuladas en la primera parte del año.

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