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Una reunión secreta entre Gingrich y Murdoch desata las críticas en el Congreso de EE UU

Antonio Caño

Una entrevista, mantenida en secreto hasta ahora, entre Newt Gingrich, el líder republicano del Congreso, y Rupert Murdoch, el magnate de la prensa, ha acelerado las sospechas sobre la conducta ética del nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, hasta el punto de que importantes dirigentes demócratas del Congreso están ya hablando de la necesidad de abrir una investigación. Los demócratas recuerdan la investigación que dirigió Gingrich en 1988 contra el demócrata Jim Wright, cuando era presidente del Congreso. Este se vio obligado a dimitir.

La entrevista, que tuvo lugar el pasado 28 de noviembre, según ha descubierto un diario de Nueva York, resulta controvertida por varios aspectos. En primer lugar, Murdoch controla la editorial Harper-Collins, que va a publicar un libro político de Gingrich con el que la gran figura republicana puede hacerse millonario. El contrato para el libro incluía un anticipo a Gingrich de cuatro millones y medio de dólares (casi 600 millones de pesetas). Ante el escándalo que esa cifra provocó en su momento Gingrich renunció a esa cantidad y aceptó quedarse únicamente con los royalties. Pero, por ese concepto, según calculaba ayer el diario The Washington Post, los editores esperan ganar 20 millones de dólares con el libro, y el autor percibirá alrededor de 10 millones.Un portavoz de Murdoch ha declarado que su jefe nunca habló sobre el libro en la conversación con Gingrich. Pero eso sólo ha servido para incrementar incluso las sospechas sobre esa, entrevista. Rupert Murdoch es también propietario del canal Fox, el cuarto en importancia, de EE UU, y tiene intereses en otros medios de comunicación que dependen estrechamente de las regulaciones del Congreso.

Nada más concreto se ha sabido hasta ahora sobre el alcance de esos contactos, pero ha sido suficiente para desatar rumores que recuerdan pasados episodios de corrupción.

David Bonior, el número dos de la minoría demócrata en la Cámara ha declarado que "Gingrich está desarrollando un serio problema de credibilidad", y ha solicitado el nombramiento de un investigador independiente para estudiar las finanzas de Gingrich. John Boehner, quien coordina la actividad de los representantes republicanos en la Cámara baja, ha manifestado que la petición demócrata es "una cortina de humo" para desviar la atención de los congresistas del programa político republicano, llamado Contrato con América.

Por ahora, los principales medios de comunicación de EE UU están tratando con prudencia las actividades de Gingrich. Pero, en sólo diez días en su cargo, se han sumado ya varios asuntos polémicos que amenazan el futuro del hombre que pretende conducir la revolución conservadora.

La más conocida controversia fue la destitución de una asesora en temas históricos de la Cámara de Representantes a la que Gingrich contrató pese a que en el pasado había vertido opinión es que la hacían sospechosa de simpatías nazis

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