'Caso Al Kassar'
MONZER AL Kassar, notorio traficante de armas intemacional, está siendo juzgado por su presunta participación en el secuestro del transatlántico italiano Achille Lauro, perpetrado en octubre de 1985 por el grupo terrorista de Abu Nidal, en el que fue asesinado un norteamericano de origen judío. Pero, al mismo tiempo, lo que flota en el ambiente son las íntimas. relaciones entre Al Kassar y la policía española, gracias a las cuales, según parece, pudo eludir la acción de la justicia hasta 1992. Y, para complicar aún más las cosas, en, lo que parece una típica maniobra de quien pretende pescar en río revuelto, Al Kassar afirmaba al comienzo de la vista que, a través de un intermediano, se le había pedido una suma de millones de dólares para que se sobreyera su caso. El juez instructor había sido Baltasar Garzón.Todos los servicios occidentales tienen sus agentes dobles, o fácilmente triples: trabajan para intereses terroristas más o menos declarados terroristas y mantienen informados parcialmente de lo que saben acerca de ellos a algunos Gobiernos europeos. En último término, son agentes de sí mismos. Esos Personajes compran su inmunidad para deambular de una a otra capital, protegiendo, en la medida de lo Posible, su base de operaciones contra la acción de aquellos mismos con los que negocian su terrible aprovisionamiento. Durante años, Francia, por ejemplo, se había visto curiosamente libre de atentados relacionados con el contencioso del Próximo Oriente, presuntamente por sus excelentes contactos con algunas de las redes terroristas de la zona.
Es perfectamente legítimo que el Estado disponga de todos los medios que demócraticamente quepa recabar para protegerse contra la acción criminal de agentes exteriores; en la medida en que esos agentes, sin duda siempre de dudosa condición, no tengan nada de que responder ante la justicia, es lícito que puedan servir de canales de información a, los servicios, pero también a cambio de que no se les presten servicios contrarios a la ley. De ahí, sin embargo, a extenderles una patente de corso media un abismo.
La justicia española determinará qué se sabe, qué puede probarse y qué cabe haceicon Monzer al Kassar. El fiscal pide 29 años de prisión, y la declaración del principal testigo de cargo fue ayer particularmente negativa contra el acusado, aunque se prevé que la vista dure aún cerca de dos semanas. Lo que sí parece claro, en cualquier caso, es que el grado de colaboración que Al Kassar prestaba y recibía de nuestra policía da pábulo a todas las interpretaciones. Y todas ellas negativas.
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