El Gobierno ruso ofrece una tregua de 48 horas a los chechenos para que entreguen las armas
Kovaliov había dicho horas antes, en una entrevista a la emisora El Eco de Moscú, que pensaba que era altamente improbable que los rebeldes secesionistas aceptaran cualquier propuesta de cese de las hostilidades que significara la entrega de armas.Al final de la semana pasada, el Consejo de Seguridad de Rusia encomendó a Chernomirdin la responsabilidad de encargarse del "proceso negociador" con los chechenos, lo que ha sido interpretado como la supervisión de los futuros tratos con el Gobierno impuesto por Moscú a Chechenia, que encabeza el ex ministro del Petróleo de la URSS, Salambek Jadzhiev.
Desde Nazrán, la capital de la república caucásica de Ingushetia, donde se encontraba de camino hacia Chechenia, Kovaliov aseguró haber conversado en dos ocasiones con Chernomirdin. Este, según dijo, había ordenado al ministro de Defensa, Pável Grachov, y el jefe del Servicio Federal de Contrainteligencia, Serguéi Stepashin, que comenzaran a preparar la tregua.
El Defensor del Pueblo, cuya última conversación con el jefe del Gobierno se produjo al caer la tarde de ayer, dijo en la radio que los representantes de Chechenia estaban también de acuerdo en declarar una tregua -pero sin condiciones- y que existían "grandes esperanzas" de que ésta tenga lugar, ya que el mismo Víctor Chernomirdin manifestó su confianza en que éste pudiera ser "el primer paso para el cese del derramamiento de sangre". Los rebeldes secesionistas mantenían ayer el control del centro de Grozni, pese a las informaciones moscovitas sobre el avance ruso. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, sus tropas habían tomado el primer piso del edificio del Comité de la Seguridad de Chechenia. Esta afirmación fue desmentida por el corresponsal de El Eco de Moscú, quien estuvo ayer en Grozni y, citando fuentes chechenas, informó de que Dudáiev había permanecido el domingo en el palacio presidencial, reunido con el vicepresidente de la república y los jefes militares. Esta noticia se contradice con lo afirmado por el servicio de prensa gubernamental ruso, según el cual Dudáiev habría huido de Grozni. Además, todos los parientes del presidente secesionista están en la república norcaucásica y la mayoría de los hombres de la familia participan en los combates, que han costado la vida a dos de ellos, dijo el corresponsal, citando a un pariente del general rebelde.
Según El Eco de Moscú, la situación en la ciudad no ha cambiado, y la distancia entre las tropas rusas y el palacio presidencial sigue siendo de algunos centenares de metros. La moral de los combatientes chechenos, que se agolpan en los sótanos del palacio presidencial, era alta el domingo por la noche, según el testimonio de un periodista de la agencia Reuter. Un número indeterminado de civiles se habían refugiado en el edificio, que ha sido convertido en símbolo de la resistencia chechena y donde también hay numerosos heridos.
Un grupo de madres de soldados llegaron el domingo a Grozni y, protegidas por guerrilleros, desafiaron los tiroteos tratando de identificar sobre el terreno los cadáveres de los soldados rusos, según el diputado de la Duma Estatal, Aivars Lezdinish.
Por otra parte, los habitantes de los pueblos de Konisomolskoe y Aljazurovo, lanzaron un llamamiento al Kremlin para que no bombardearan sus localidades, donde habían sido apresados una cincuentena de efectivos de las tropas de paracaidistas. De este contingente, dos soldados habrían muerto y el resto habrían sido trasladados a Grozni.
En Moscú, en la sede del Ministerio del Interior se celebró ayer el funeral por el primer general ruso muerto en la guerra. Mientras un grupo de madres de soldados se manifestaron frente al Ministerio de Defensa y el edificio del Estado Mayor. La jornada de ayer era el último día festivo de las Navidades Ortodoxas. La Duma Estatal (la Cámara baja) tratará sobre la guerra en su sesión del próximo día 11 de enero.
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