El abogado tenaz
Burgalés, de 67 años, hombre inquieto, de mal genio, buen abogado y experto urdidor de dictámenes jurídicos, la vida de Rafael Pérez Escolar ha dado mucho de sí. Ha sido empleado raso, letrado, juez, empresario y hasta político con el genuino y extinto partido Solución Independiente en los setenta.Ha pasado 50 años ligado a Banesto. Empezó desde abajo como modesto auxiliar de banca. Tenaz como pocos, el aplicado auxiliarse costeó la carrera de Derecho y pasó luego a integrarse en el equipo de abogados del banco.
A finales de los sesenta fue ascendido a secretario del Consejo de Administración, a las órdenes directas del presidente Jaime Gómez-Acebo, marqués de la Deleitosa. Allí conoció a las ricas familias que mandaban en Banesto: los Garnica, los Gómez-Acebo, los Argüelles, los Herrera...
A todos los dejó cuando llegó Mario Conde. Tenía una ambición muy especial y la cumplió: ser consejero del banco, logrando así el ascenso social que esperaba y un sueldo más que considerable.
Ha sido consejero del banco, miembro de la eecutiva de la Corporación Industrial, presidente de Carburos, presidente de Bandesco... Y el hombre capaz de ver grandes negocios. Fue el gran impulsor de la fusión de las sociedades de cartera, las isas, el embrión de la Corporación Industrial, por la que Banesto recibió beneficios fiscales millonarios.
Otra operación inspirada por Pérez Escolar fue la escisión de los negocios de ferroaleaciones de Carburos Metálicos, vendidos por 17.000 millones al ex ministro Juan Miguel Villar Mir. Pero la apoteosis del modelo de ingeniería financiera fue la emisión de warrants de Carburos, ideada junto con su amigo Jacques Hachuel. Con, todo, lo mejor le ocurrió ayer: librarse de la cárcel tras pasar las horas mas difíciles de su vida frente al juez.
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