Francisco Rodríguez Sanabra, catedrático
El pasado 28 de diciembre falleció en Madrid el catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Francisco Rodríguez Sanabra. Formado en la tradición de la mejor medicina española, fue discípulo, entre otros, de Marañón. Trabajó en el Instituto de Patología Médica de este último desde el año 1949 hasta 1954. Allí se interesa seriamente por la psicología, a la que llega de la mano de la neuropsiquiatría: Rof Carballo, Lafora, Vázquez Velasco, Sacristán, etcétera. Siguiendo el consejo de Marañón pasa al servicio de electroencefalografía de P. de Castro, en el mismo instituto. Su tesis doctoral versó precisamente sobre el electroencefalograma en la enfermedad de Cushing. Su creciente interés por la psicología le lleva a matricularse en la Escuela de Psicología de Madrid, donde tuvo como profesores a Yela, Pinillos, Siguán, Secadas, Úbeda, etcétera.Es esta sólida formación médica y psicológica de Rodríguez Sanabra la que le permite colaborar con el equipo de investigación que en la Universidad de Yale dirige Rodríguez Delgado. Se trata de un esfuerzo más por superar aquellos años de aislamiento de la ciencia española, en el que resulta decisiva tanto la existencia de estos grupos de investigación biomédica como el apoyo externo de quienes se han exiliado o han emigrado.
Desde 1959 se incorpora a la docencia universitaria, primero en la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo -donde imparte la materia de psicología industrial- y unos años más tarde a la propia Escuela de Psicología, y a la recién creada sección de psicología de la Universidad Complutense.
Fue el primer catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Madrid y primer director de dicho departamento, que se formó precisamente con su llegada, a esa universidad en 1979.
Desde que se estableció la psicología como licenciatura universitaria, generaciones y generaciones de estudiantes han disfrutado con sus clases, siempre esforzados ejercicios para mantener la comunicación de la psicología con la mejor tradición de la biología y la medicina. Su magisterio universitario se manifestó no sólo en la docencia y en sus publicaciones científicas. Quienes le conocimos valoramos muy especialmente su honestidad y coherencia, la generosidad y agudeza de su conversación y la permanente actitud de rebeldía-científica, académica o política- que caracterizó su trayectoria humana.- profesores de la UAM
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