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EL 'CASO BANESTO'

La justicia rasga el velo del 'grupo Conde'

García-Castellón resalta los beneficios de la compraventa del 40% de Isolux

La empresa de montajes eléctricos Isolux, fusionada con Wat en 1991, fue el epicentro de las operaciones del grupo Euman, una sociedad fundada en 1988 detrás de la cual, según la justicia, se oculta el ex presidente de Banesto, Mario Conde. Esas operaciones procuraron a la instrumental Valyser, propiedad de Euman, unos beneficios de 3.800 millones de pesetas en 1990. Valyser es la punta del iceberg del grupo Euman (ver cuadro), que fue creado por tres personas entre las que destaca Mariano Gómez de Liaño, abogado privado de Conde. El juez García-Castellón ha rasgado, pues, el velo de sociedades, testaferros y socios que impedían ver a Conde.Según dijo Arturo Romaní en el Congreso él no conocía ninguna relación entre Euman y Conde, "vamos", añadió, "ninguna relación que tuviera carácter peyorativo". ¿Qué quería decir el ex vicepresidente hoy en prisión? Es evidente: Conde no era socio de ellas. La realidad indica que los patrimonios del ex presidente de Banesto y de Euman son permeables.

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Conde construyó su grupo de empresas patrimoniales a partir de sociedades instrumentales adquiridas, en parte, al catedrático y ex consejero de Banesto Antonio Torrero y a José Agustín Ferrín, socios ambos en la firma Reit. Esas sociedades confluyeron en una actividad mayor al cruzarse con las sociedades que Gómez de Liaño había hecho colgar de Euman. Pero, si Gómez de Liaño era abogado, ¿cómo había adquirido empresas y se lanzó a una actividad empresarial? Eso ocurrió a mediados de los años ochenta.

Gómez de Liaño se asoció con Andrés Muñoz, empresario del grupo agrícola y de servicios de Valladolid que llevaba su nombre hasta su bancarrota en los primeros ochenta. Juntos crearon Euman: la mayor parte de las empresas del empresario vallisoletano pasaron al nuevo grupo. Pero no sólo las empresas de Muñoz se incorporaron a Euman; también los gestores que se sumaron al proyecto, con participaciones, vinieron de su amistad con Muñoz: Eugenio Martínez Jiménez, administrador único; y Carlos Díaz Porgueres, con poderes. Euman, pues, quería decir Eugenio, Mariano, Andrés. Para el juez existen indicios de que los hombres que dan la cara en Euman representan, en mayor o menor proporción, a Conde y Gómez de Liaño.

Que incluso los patrimonios de Conde y Romaní se pareaban lo demuestra la operación de las cementeras que facilitaron plusvalías a ambos por un total de 1.226 millones. También se han detectado cruces con Fernando Garro, alter ego de Conde. Una sociedad de Conde llamada Inversiones Sanfergo participó en la operación de la Esquina del Bernabéu, por la cual la familia García Pardo vendió el 48% de la cuenta de participación del citado centro comertial por 1.776 millones. La sociedad de Conde recibió un 5% de esa cuenta de participación y, junto con otros querellados, 200 millones por la gestión de la venta. Las investigaciones han detectado que en Inversiones Sanfergo está el ex director general Fernando Garro, quien cobró dinero en su cuenta por vender acciones de la sociedad a una empresa suiza.

La idea de que Conde y su equipo hacían ingeniería financiera se desvanece al examinar aquellas en las que aparece pillado. Se trata de abuso, puro y duro, de la posición del administrador y de las empresas que repra. Una de ellas, clave en la decisión del juez García-Castellón, ha dejado huellas indelebles. Es la célebre carta de garantía de Asebur Inversiones, la sociedad oficial de Mario Conde, del 22 de julio de 1991. La síntesis es ésta: Euman, a través de su participada Valyser, compró en julio de 1990 un 40% de Isolux por 600 millones. Valyser, para conseguir el dinero, solicitó un préstamo al banco donde Conde canalizaba sus negocios personales, el Banco de Progreso. En esa ocasión, y en julio de 1991, Valyser necesitó más crédito, el citado banco exigió dos veces una carta de garantía de una de las sociedades de Conde para otorgar 450 millones a Valyser. Y esa comfort letter la negoció y entregó, según Conde, el abogado, Gómez de Liaño. Esa carta (ver reproducción) dice en su segundo párrafo por qué se concedió: "Tenemos la seguridad de que la mencionada operación Yal que solici tó préstamos que Vds. han de realizar con Valyser, se concederá, esencialmente, en consideración a nuestra relación con dicha sociedad". Valyser vendió el paquete a la Corporación, con dos pantallas, y ganó 3.800 millones.

Puede que esa relación entre, Conde y Euman-Valyser, como dijo Romaní no tenga carácter peyorativo: Asebur, es decir Conde, avalaba a Valyser, una instrumental de su holding fantasma.

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