300 personas despiden al dueño del bar asesinado en Getafe

Familiares, amigos y comerciantes despidieron con aplausos a José Corvillo Cañada, el propietario de un bar de la calle Galicia, número 22, de Getafe (143.500 habitantes), que fue asesinado en la noche del pasado martes. El entierro de la víctima, que se celebró a las cuatro de la tarde, reunió a cerca de 300 personas en el cementerio municipal.

Corvillo Cañada falleció por las heridas provocadas por dos disparos efectuados el pasado martes, con una escopeta de cañones recortados por dos encapuchados que se dieron a la fuga. Los asaltantes exigieron al dueño del bar Antonio el Extremeño, que abriera el establecimiento cuando ya se encontraba cerrado. El fallecido se encontraba recogiendo el dinero de las máquinas tragaperras. Se negó, los asaltantes rompieron un cristal y le dispararon. Herido de muerte, se resistió a que los atracadores se hiciesen con el botín y huyeron del establecimiento sin llevarse nada.El entierro transcurrió en absoluto silencio, sólo roto por los llantos y gritos de los familiares. Algunos de los asistentes, que recibieron el cuerpo de José Corvillo con aplausos, profirieron gritos de "canallas y asesinos". Los bares de la localidad estuvieron cerrados durante el entierro.

Entre los comerciantes de Getafe se comentaba el estado de inseguridad que padece el barrio de Juan de la Cierva durante el último mes. La imaginación del vecindario les ha llevado a pensar en un motivo que, lógicamente, no está comprobado: hay más presos en la calle debido a los permisos navideños.

Como protesta, las dos asociaciones de hosteleros de Getafe han convocado una manifestación silenciosa el martes 27 ante la puerta del bar a las cuatro de la tarde.