"Sancristóbal no se esperaba este golpe"
El ex director de la Seguridad del Estado comió judias con arroz y lomo con patatas en su primer diía de cárcel
El juez Baltasar Garzón mandó a presidio a Julián Sancristóbal en un viaje de 32 kilómetros desde la Audiencia Nacional, en la calle de Génova de Madrid, hasta el desvío hacia Meco de la carretera de Barcelona. A la 1. 15 de la madrugada de ayer atravesó el rastrillo de la cárcel de Alcalá-Meco con lo puesto, con lo que seguía por la mañana: traje y corbata. Ya ha avisado a su familia para que le traigan algo de ropa, porque en las prisiones españolas no hay uniforme.Julián Sancristóbal, centro penitenciario Madrid 2. Carretera de Alcalá de Henares a Meco sin número. Ésta es la nueva dirección a la que el Garzón ha mudado al que fuera director de la Seguridad del Estado por su presunta implicación en el secuestro de Segundo Marey, ya va para 11 años. Ocupa en solitario una de las 50 celdas dobles del módulo de ingresos y tiene como vecinos en ese departamento a Arturo Romaní y 85 internos más, todos recién llegados. "Está preocupado pero entero", según afirmaban ayer fuentes de la cárcel. "No se esperaba este golpe, pero se le ve bien. Tiene que hacerse cargo de su situación ".
Sancristóbal, de 42 años, fue directamente al módulo de ingresos donde le informaron de los horarios, las actividades, sus derechos y sus obligaciones. Luego huellas dactilares, ficha, foto y ducha. En este departamento permanecerá durante varios días, dos o tres, hasta que los equipos del centro comprueben que ha pasado el periodo de adaptación. Lo primero que le entregaron fue el "lote higiénico": espuma de afeitar, jabón, papel higiénico, dos condones...
Los reconocimientos fueron dejados, para la mañana. Ayer fue visitado sucesivamente por un médico, un asistente social y un educador. Todos constataron que se encuentra "en buen estado psíquico y físico, pese a todo. Ningún problema". En pocos días, cuando supere el periodo de adaptación, será clasificado y se le asignará un destino adecuado, probablemente en la biblioteca o en la estafeta de correos de esta prisión que dirige Jesús Calvo.
En principio, que Sancristóbal -un ex alto cargo policial- se mezcle con el resto de la población reclusa -los del otro lado de la barrera-, "no presenta problemas, porque los presos con los que ahora va a estar son delincuentes comunes, sin ninguna relación con el terrorismo, aunque siempre se evitarán situaciones conflictivas", según fuentes del penal.
El día de ayer, primero de su estancia en este penal en el que habitan 800 reclusos, lo pasó con normalidad. Diana a las 7.30. A media mañana salió al patio, comió el bocadillo que se reparte a todos los reclusos y pasó el tiempo hasta la hora del almuerzo, sobre dos de la tarde: judías pintas con arroz y lomo con patatas fritas.
Por la tarde recibió la primera visita de su abogado, José María Stampa Braun, con el que tuvo una larga comunicación. Sancristóbal está en prisión comunicada pero tiene restringida las visitas a las exclusivamente legales y familiares. Tras hablar con su abogado, la merienda: otro bocata. "En las prisiones se pasan el día comiendo porque casi no hay nada más que hacer" según fuentes de penitenciarias. A las ocho de la noche volvió a comer. El menú de la cena era puré de verduras y tortilla española con pimientos fritos. A las, 9.30, a la celda y hasta mañana.
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