Rectificación sobre Burundi

Por un conjunto de circunstancias acabo de leer en su periódico unas frases que el señor Armada me atribuye (en un reportaje sobre la situación de Burundi) y que en ningún caso pueden ser mías ni corresponden en absoluto a mi manera de pensar o actuar. Frases que, por otra parte, contrastan con la actitud reconciliadora que se me atribuye en el mismo periódico del 23 de septiembre.Como misionero sólo reconozco válida la reconciliación para la paz. Más aún, pretendo que la Iglesia sólo es salvadora

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cuando es reconciliadora. Los hutus y los tutsi y los twa tienen los mismo derechos a la vida y al bienestar. Todos son queridos y redimidos por Dios. Por eso me halaga cuando dice que predico que los hutus y los tutsi deben vivir juntos y que trato de ponerlo en práctica a través del trabajo, donde hutus y tutsi juntos construyen un campo de fútbol o hacen una carretera.

No me siento identificado en la apreciación injusta del ejército-. Conozco personalmente a altos mandos que estimo sinceramente. Pero nunca dije que todos los demás son corruptos y ladrones y asesinos. Sí es verdad que admití que podía haber habido algunos indisciplinados que han cometido injusticias. Pero una acusación tan global no ha podido salir de mi boca. Que la paz esté en un momento delicado es algo fácil de constatar. Pero si lucho por la reconciliación es que creo que por este, camino la paz es posible.

Un periódico de aquí dice que le di alojamiento al señor Armada y que soy la fuente de sus informaciones. Creo que pasó en Burundi una semana. En Gitega nos vimos no más de 20 minutos mientras tomaba unas fotos de hutus y tutsi trabajando juntos y mientras tomó rápido una taza de café con prisas para no llegar tarde a Kirundo.-