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La niebla agarrota Madrid

La niebla estranguló Madrid ayer. La primera hora punta del tráfico de automóviles se prolongó durante la mañana dos horas más de las habituales. Las carreteras de acceso a la ciudad registraron, de media, atascos de una veintena de kilómetros.La mitad de los 500 vuelos desde el aeropuerto de Barajas sufrieron prolongadas demoras. La niebla en los aeródromos de destino obligó a cancelar algunos de ellos. Para colmo, la ausencia de viento durante la jornada anterior provocó la contaminación atmosférica más intensa del otoño, si bien ayer remitió de forma sensible.

La Policía Municipal destacó la proliferación de embotellamientos de vehículos en casi todos los accesos por carretera a Madrid. Los más afectados fueron los del norte de la ciudad y las dos grandes rutas de circunvalación, M-30 y M-40.

El aeropuerto de Barajas, donde el pasado verano fue remozada su torre de control y sus dotaciones técnicas antiniebla, permaneció durante buena parte de la jornada en condiciones de visibilidad horizontal mínima, en torno a los 200 metros, con brumas de un espesor similar. En condiciones diurnas normales, Barajas brinda un alcance visual de entre seis y diez kilómetros.

En consecuencia, los intervalos entre aterrizajes, así como entre despegues y aterrizajes sucesivos, fueron ampliados dedos a cinco o más minutos, para reducir los riesgos de colisiones y fortificar, de esta manera, la seguridad de la navegación aérea.

Por todo ello, los retrasos sufridos por los usuarios de varios centenares de vuelos programados -entre 500 y 600 en jornadas normales- abarcaron periodos de tiempo comprendidos entre media hora y dos horas, media de duración, según fuentes aeroportuarias. Las cancelaciones de vuelos, un 3% del total de los de la compañía Iberia, aproximadamente, se debieron sobre todo a los problemas ocasionados por la niebla en los lugares de destino. La cancelación afectó a primera hora a dos vuelos entre Madrid y Barcelona, otros a Jerez y La Coruña y dos más a Sevilla. Iberia puso luego a disposición de sus usuarios un DC 10 para recuperarlos.

Al caer la tarde, la bruma cubrió de nuevo el área norte. La niebla intensa es habitual en Madrid durante las primeras y las últimas horas de los días de diciembre -cuatro de cada diez el pasado año-; pero sus efectos sobre el tráfico nunca habían sido tan adversos como ayer. Hoy habrá también bancos persistentes de niebla, según las previsiones.

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