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Un soldado israelí, cuatro guerrilleros de Hezbolá y tres civiles, muertos en Líbano

Un soldado israelí resultó muerto ayer y otros siete heridos por una bomba accionada cerca de Marjayun, dentro de la zona de seguridad de Israel (ocupada) en el sur del Líbano, por miembros del grupo guerrillero Hezbolá (Partido de Dios). Cuatro militantes de este grupo proiraní perdieron la vida en un duro enfrentamiento posterior. Hezbolá lanzó al menos 50 granadas de mortero contra las posiciones del Ejército del Sur de Líbano, controlado por Israel. Tres civiles libaneses resultaron muertos.

En Ammán, la apertura de la embajada israelí, tras el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Jordania e Israel, dio lugar a una protesta popular. Cientos de manifestantes expresaron su rabia y proclamaron la jornada como día de luto para el mundo árabe.

Tras el boato de la ceremonia del premio Nobel de la Paz, entregado el sábado en Oslo, el primer ministro israelí, Isaac Rabin, su ministro de Exteriores, Simón Peres, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, regresaron ayer de nuevo a la realidad. Las conversaciones entre el líder palestino y Peres, una el sábado y otra ayer, concluyeron, pese a que los protagonistas hablaron de "avances", sin acuerdos sobre un asunto crucial: la retirada israelí de las principales ciudades de Cisjordania antes de las elecciones palestinas, previstas en principio para julio de 1995. Arafat y Peres volverán a entrevistarse hoy en Estocolmo. Las negociaciones proseguirán ahora a un nivel diplomático menor, a partir del miércoles en El Cairo.

Rabin advirtió ayer contra las prisas en Oslo: "No existen soluciones milagrosas en Oriente Próximo, se trata de un conflicto complicado".

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