Trabajo negociará con empresarios, sindicatos y los obispos para evitar los 'superpuentes'
Madrid El Ministerio de Trabajo quiere trasladar de fecha algunas fiestas y evitar superpuentes como el de esta semana. Para ello, abrirá una negociación en los próximos días con las organizaciones empresariales y sindicales y la Conferencia Episcopal. Las fuerzas sociales tienen una postura abierta al respecto, pero los obispos insisten en que la fiesta de la Inmaculada no debe moverse. En próximos días se publicará el calendario de 1995, que no modifica la situación actual, es decir, declara el día 8 de diciembre (viernes) como no laborable. No obstante, Trabajo espera que de estas negociaciones salga un acuerdo que dé más flexibilidad al calendario laboral y que ello pueda aplicarse ya en 1995.
El Ministerio de Trabajo insiste en desmontar puentes como el de la Constitución o la Inmaculada (6 y 8 de diciembre) a pesar de varios intentos fracasados, el más reciente, de hace unos días. La Conferencia Episcopal se cerró en banda y no admitió separar la celebración religiosa de la Inmaculada de la fiesta a efectos laborales. Para el año que viene, Trabajo ha elaborado un nuevo calendario laboral que mantiene como no laborable el día 8 de diciembre, pero quiere abrir una negociación para trasladar, ya en 1995, algunas de las fiestas que provocan un parón de la actividad económica durante varios días.El problema es que la modificación de las fiestas exige el acuerdo con la Conferencia Episcopal. El artículo tercero del acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede (de 3 de enero de 1979) establece que "el Estado reconoce como días festivos todos los domingos. De común acuerdo se determinará qué otras festividades religiosas son reconocidas como días festivos". Es decir, cambiar fechas sin el acuerdo de la Conferencia Episcopal puede interpretarse como una vulneración del acuerdo con la Santa Sede. [Fuentes de Justicia e Interior consultadas ayer al respecto no dieron una respuesta.]
Traslado al lunes
Sin embargo, el Estatuto de los Trabajadores (10 de marzo de 1980) señala que "el Gobierno podrá trasladar a los lunes todas las fiestas de ámbito nacional que tengan lugar entre semana, salvo la Natividad del Señor, Año Nuevo y 1 de mayo, y aquellas otras que por su arraigo local deben disfrutarse en el día de su fecha". Un decreto posterior (28 de julio de 1983) desarrolló tanto el Estatuto de los Trabajadores como el acuerdo con la Santa Sede. En concreto, fijó como fiestas laborales de ámbito nacional de carácter cívico: el 12 de octubre (Fiesta Nacional) y del 6 de diciembre (Constitución); las derivadas del Estatuto de los Trabajadores: 1 de enero (Año Nuevo), 1 de mayo (Fiesta del Trabajo) y 25 de diciembre (Navidad); y las procedentes del Acuerdo con la Santa Sede: 15 de agosto (Asunción), 1 de noviembre (Los Santos), 8 de diciembre (Inmaculada), Viernes Santo y Jueves Santo (cuando caigan), 6 de enero (Reyes) y 19 de Marzo (San José) o 25 de julio (Santiago). Cualquiera de estas fiestas se trasladan al lunes cuando caen en domingo. Las fiestas del Jueves Santo, Reyes y San José o Santiago pueden ser sustituidas por las comunidades autónomas por otras propias.
Este decreto regula, además, todo lo relativo a la jornada de trabajo, jornadas especiales y descansos, y es uno de los que debe modificarse por la reforma laboral. El Ministerio de Trabajo quiere enmarcar en este contexto la negociación sobre el traslado de fiestas a efectos laborales para evitar los superpuentes.
En una nota distribuida ayer, el ministerio explica que, tras terminar el proceso de concertación, el Gobierno aprobará el correspondiente. decreto con efectos para 1996. "Ello no obsta para que, si así se decidiera, algunos de los traslados [de fiestas] surtan efecto en el propio año l995", añade la nota.
Fuentes de la Conferencia Episcopal señalaron ayer que están dispuestos a ese diálogo pero se niegan a trasladar la Inmaculada a efectos laborales y romper así el puente más largo del año. Su presidente, Elías Yanes, en declaraciones a la SER, dijo ayer que una decisión unilateral al respecto "daña la buena relación con el Gobierno". Insistió en que sería mejor trasladar la fiesta de la Constitución. Los sindicatos y la CEOE han mostrado una posición más abierta.
El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que "no es voluntad del Gobierno imponer" el cambio de fecha para la festividad de la Inmaculada en, el calendario laboral de 1995, informa El portavoz gubernamental confirmó que el Ejecutivo tratará de convencer a la Conferencia Episcopal, los sindicatos y la CEOE para que el año próximo la Inmaculada sea festejada en un lunes.
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