_
_
_
_
CONFLICTO EN EL CÁUCASO

Dudáiev entrega los últimos prisioneros rusos para frenar un ataque de Moscú

Pilar Bonet

PILAR BONET ENVIADA ESPECIAL, El presidente checheno, Dzhojar Dudáiev, entregó ayer los últimos siete prisioneros rusos oficialmente reconocidos a representantes del Ministerio de Moscú, llegados especialmente a Grozni, la: capital de la rebelde república norcaucásica, para efectuar la operación, que estuvo a medio camino entre un espectáculo circense y una compraventa en un mercado. El desenlace de este último capítulo en el enfrentamiento entre Moscú y Grozni no ha disipado los temores de un posible ataque de las Fuerzas Armadas rusas, que ayer seguían cercando la zona con un gran despliegue de efectivos.

Son muchos los que han sacado a los niños, las mujeres y los ancianos de Chechenia y los han trasladado a zonas vecinas supuestamente más seguras.Los prisioneros liberados ayer eran oficiales y suboficiales del Ejército ruso, que intervinieron en el intento de tomar por asalto Grozni el 26 de noviembre. Los militares fueron exhibidos anoche en el palacio presidencial, previo paso por la casa de baños que les dio un aspecto relajado, aunque alguno de ellos tenía el rostro lleno de rasguños. Los liberados iban en uniforme de faena y algunos confraternizaban visiblemente con sus guardianes chechenos.

"Tengo dos padres. El que me engendró y tú que me has salvado", dijo, antes de partir a la base militar rusa de Mozdok, uno de los prisioneros a su guardián checheno.

El grupo pertenecía al contingente reclutado por el Servicio Federal de Contraespionaje en la División Kantemírov, grupo de élite emplazado en las cercanías de Moscú.

En fila, junto a las numerosas cámaras que seguían el acontecimiento, los siete liberados escucharon un sermón moralizador del general Iván Chizh, médico jefe del Ministerio de Defensa que dirigía la delegación enviada en nombre del ministro Pável Grachov.

Chizh elogió a Dudáiev por su gran humanismo" y a Grachov por la importancia que éste da, según él, a la vida humana. Estaba claro que Chizh trataba de limpiar la imagen de su jefe, que dejó a los prisioneros rusos a merced de su destino, negándose a reconocerlos como militares para tener que aceptar finalmente la evidencia y negociar su liberación con el presidente checheno.

Las manos libres

Los liberados escucharon también un parlamento de despedida del propio Dudáiev, que rechazó por "humillante" la torna de rehenes y y dijo sentirse aliviado ahora que los prisioneros regresan a sus casas, aunque ello pueda suponer que Rusia tiene las manos libres para castigar a Chechenia.

De la entrega de los prisioneros sacó partido una delegación lituana que hizo de mediadora y que se ofrece para seguir ejerciendo como tal. Y también podría sacarlo el ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov, a quien Dudáiev telefoneó ayer pidiéndole que contribuya a solucionar el conflicto. checheno. Gorbachov dijo que tratará de ponerse en contacto con las autoridades rusas para informarles de su conversación con Dudáiev y proponerles actuar como mediador.

Los observadores se preguntan si el próximo capítulo será político o militar. A juzgar por el impresionante despliegue de equipo bélico que el Ejército ruso está concentrando en el Norte del Cáucaso, la maquinaria de la guerra se ha puesto en marcha ya, es difícil predecir si, su lógica podrá ser desviada hacia el diálogo.

El aeropuerto de Vladikavkaz, la capital de Osetia del Norte, aparecía ayer visiblemente militarizado. Sobre las pistas de aterrizaje había dos docenas de helicópteros militares y en las inmediaciones se había instalado un enorme campamento de soldados, con centenares de vehículos entre tanques, tanquetas, camiones y unidades de comunicación.

La carretera que va de Vladikavkaz a Grozni estaba ayer transitada por columnas de camiones bélicos cerrados, equipo de artillería y carros de combate. En una columna, esta corresponsal pudo contar por lo menos 16 camiones y seis carros de combate.

Disparos nocturnos

El régimen en los puestos de control camino de Chechenia se ha endurecido para los periodistas y en uno de ellos, el oficial responsable se negó incluso a franquear el paso, rechazando la nueva acreditación oficial exigida por Moscú para tranbajar en la zona. Grozni estaba anoche tranquilo, aunque de vez en cuando podía oírse una ráfaga aislada.

Mientras tanto en Moscú, ambas cámaras del Parlamento ruso aprobaron sendas declaraciones en las que critican la forma en que las autoridades rusas han tratado el conflicto con Grozni y se pronuncian por una solución pacífica.

El Consejo de la Federación o Senado condenó las acciones de una serie de estructuras de los órganos federales de Rusia dirigidas a resolver el conflicto de Chechenia por la fuerza y recomendó que se investigue la actuación de las personas responsables de los bombardeos contra la capital chechena.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_