Moscú dificulta la paz en Chechenia al exigir el fin de los grupos armados

Las perspectivas de una solución pacífica del conflicto checheno nuevamente se alejaron ayer después de la reunión del Consejo de Seguridad ruso, que insistió en la exigencia de desarmar a "todas las formaciones armadas" que Moscú considera ilegales, lo que es inaceptable para el líder checheno, Dhojar Dudáiev.

El Consejo de Seguridad, que se reunido con el presidente, Borís Yeltsin, afirmó "que no existe un conflicto entre Chechenia y Rusia, sino simplemente una lucha por el poder, practicada por grupos armados ilegales" en la repú blica norcaucásica rebelde, que "es parte de la Federación Rusa". "Todos los grupos arma dos enfrentados deben ser puestos fuera de la ley y simultánea mente hay que tomar todas las medidas constitucionales para desarmar y liquidar a los grupos armados ilegales".Dudáiev ha calificado la declaración de Moscú como un acto de "imposición de guerra". El líder checheno manifestó anoche que su república está dispuesta a ceder en sus reivindicaciones independentistas cuando "Rusia garantice la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos".

La tarea de coordinar "las actuaciones de todas las estructuras gubernamentales para restablecer el orden constitucional" en Chechenia ha sido encomendada al ministro de las Nacionalidades, Nikolái Yegórov, a quien Yeltsin nombró ayer vicejefe de Gobierno.

Yeltsin cesó al ministro de Justicia, Yuri Kalmikov, medida interpretada como un reflejo del nuevo endurecimiento del Kremlin frente a Chechenia. Si bien es cierto que Kalmikov había presentado su dimisión en octubre, no lo es menos que fue el primer representante de Moscú en hacer esfuerzos serios por negociar en los chechenos.

La declaración del Consejo de Seguridad cuestiona los acuerdos a que llegó el martes el ministro de Defensa ruso, Pavél Grachov, con Dudáiev, que excluían el uso de la fuerza en el conflicto. Después de la entrevista, en declaraciones separadas, ambos generales dijeron que excluían que el conflicto se resolviera militarmente. Por de pronto, el acuerdo de entregar al general Alexéi Mitiujin, comandante del distrito militar del Cáucaso del Norte, los presos rusos que aún quedan en Grozni no se cumplió ayer.

La dura posición del Consejo de Seguridad con respecto a Chechenia puede llevar a una mayor división de los partidarios de Yeltsin. La solución de fuerza no la apoyan Opción de Rusia y Rusia Democrática ni tampoco una serie de políticos yeltsinistas, entre los que destaca Vladímir Shumeiko, presidente del Senado ruso, quien considera que Yeltsin y Dudáiev deberían negociar directamente entre ellos. Yeltsin tampoco debería ignorar la opinión de los generales más populares en las. Fuerzas Armadas: Alexandr Lébed y Borís Grómov, ambos contrarios a intervenir militarmente en Chechenía. Grómov, que es viceministro de Defensa, declaró ayer que "por la vía militar no se puede resolver nada en Chechenia". "Debemos aprender de nuestra propia experiencia de los últimos anos, de la experiencia de Afganistán y Tayikistán", advirtió.

Por su parte, la oposición rusa denunció ayer que el Kremlin. está apostando por una solución militar para poder implantar el estado de excepción.