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Entrevista:

"El futuro del Reino Unido está en Europa"

En mangas de camisa y flanqueado por dos asesores de prensa, Tony Blair, la gran esperanza laborista para llegar al número 10 de Downing Street después de 15 años de ostracismo político, recibe a los corresponsales en Londres de los diarios Le Mode, La Repubblica y EL PAÍS en el despacho del jefe de la oposición en el Parlamento de Westminster.Blair, un abogado de 41 años, padre de tres hijos, el mayor de 10 años, formado en Oxford y representante de una clase media británica que se debate entre las. ideas de igualdad y los deseos de escalar la pirámide social, considera que los dos años que faltan como mínimo para las próximas elecciones generales en el Reino Unido, son un tiempo precioso, en el que los laboristas afrontarán una modernización del partido y construirán el marco necesario para forjar su identidad.

Pregunta. En septiembre decía usted que el Reino Unido necesita un cambio, una renovación profunda. A la vista de la polémica que se ha desatado después, con la propuesta laborista de recortar el perfil de la Monarquía, me pregunto si sólo se refería a ese aspecto.

Respuesta. Pensaba en todo. En una renovación de nuestra economía, de! nuestros servicios públicos, en una renovación de un país profundamente desigual desde el punto de vista social. Donde la distancia entre ricos y pobres es inmensa y ha aumenta do en los últimos diez años. Sé que la gente se ha hecho eco más de la cuestión de la Monarquía, pero yo pensaba también en un cambio en el estilo de gobierno, de aproximarlo más a la gente. Y respecto a la Monarquía, lo que nosotros decimos es que hay muchos poderes reales que, en realidad, son ejercidos por el Gobierno. Le pongo un ejemplo, ha ciendo uso de esas prerrogativas reales el Gobierno puede declarar la guerra sin necesidad de contar con el Parlamento. Creo que hay además aspectos constitucionales esenciales que tenemos que revisar. Por ejemplo, carecemos de libertad de informa ción en relación con el Gobierno; tenemos la Cámara de los Lores donde se discute la legislación, integrada en parte por personas que acceden a ella de forma hereditaria. Por no. hablar de los te mas de Escocia y Gales, donde todavía hay montones de temas burocráticos manejados por el Gobierno central que deberían ser determinadas localmente.

P. En un país donde Europa es siempre una referencia conflictiva, ¿cuál es la principal diferencia del Partido Laborista con los tories en esta cuestión? ¿El capítulo social?

R. No, no; eso es, desde luego, muy importante, pero no lo principal. Nuestras empresas, por ejemplo, funcionan ya con los esquemas que traza ese capítulo. Pero hay otros aspectos preocupantes. Hay una especial hostilidad hacia Europa en una parte del, Partido Conservador, quieren reducir la influencia del Reino Unido dentro de la Unión, mientras que nuestro punto de vista es distinto. Nosotros queremos crear un diálogo constructivo con el resto de Europa, en lugar de marginarnos y aislamos.

P. ¿Qué opina de la ampliación de la UE?

R. Soy totalmente favorable. Creemos además que es el camino para establecer una mayor cooperación. Pero hay una cuestión esencial que hay que dejar muy clara -incluso yo que soy sumamente pro europeo-, y es que no podemos embarcarnos en nuevos niveles de integración, que no podemos establecer nuevos lazos sin realizar un proceso de información persuasivo hacia nuestro propio pueblo.

P. ¿Se refiere a la convocatoria de un referéndum en tomo a una mayor integración en Europa?

R. Si requiriera cambios constitucionales fundamentales sería el momento de convocarlo, precisamente para asegurar el grado de compromiso del país y los deseos de los británicos. Si esta situación se produce en torno a la convocatoria de elecciones, sería el momento de plantearse esa consulta. En todo caso nosotros, en el Partido Laborista, no contemplamos una mayor integración en Europa como una pérdida de la soberanía nacional.

P. Sin embargo, en su propio partido hay bastantes euroescepticos.

R. Claro que los hay y no lo niego. Pero hay dos enormes diferencias con los tories. Una de ellas es que el Gobierno en la sombra [los laboristas tienen su propio Ejecutivo paralelo] está totalmente. unido en torno a la cuestión de Europa, cosa que no puede decirse del Gobierno de John Major. La segunda diferencia es que el ala euroescéptica del Partido Laborista está constituida por la vieja generación. No se da este tipo de actitud entre los jóvenes que tienden a estar vigorosamente a favor de Europa.

P. Sin embargo, los conservadores parecen ganar más puntos cuanto más combativos son con Bruselas. ¿No hay un rechazo bastante general a Europa por parte del ciudadano británico?

R. No, no lo creo. Por supuesto, si usted plantea la cuestión europea en términos, digamos, de Bruselas, entonces se encuentra con una inmediata hostilidad, pero si lo plantea en términos de cooperación entre países, entonces. se. dará cuenta de que hay más gente que comparte mi opinión y que no desea ver a su país aislado de Europa. Yo desde luego creo que el futuro del Reino Unido está en Europa.

P. ¿Es usted igual de favorable a la moneda europea única?

R. Desde luego, es un tema esencial. Será un asunto clave a afrontar por el Gobierno, sea el que sea, pero está claro que frente a esa cuestión los británicos tendrán que pronunciarse previamente. En principio, yo no estoy en contra, pero creo qué los mecanismos de conversión deben reflejar la complejidad que representa acoplar las diferentes situaciones económicas. No creo que se deba forzar la creación de esa moneda única sólo por razones políticas., Creo que tiene que propiciarse antes la aproximación económica. Porque a fin de cuentas la cuestión es ésta: ¿puede, usted fusionar economías tan diversas sin causarles ningún daño? No creo, por otra parte, que seamos los británicos los únicos europeos que ponen pegas a algunas cuestiones; franceses y alemanes mantienen también muchas reservas respecto a la moneda única.

P. ¿Cómo contempla entonces la creación de un Banco Europeo Central?

R. Es algo inevitable si se da el salto a una moneda única. Por eso digo que tratándose de un paso tan profundo hay que darlo con la necesaria cautela.

P. En muchos países de Europa -Italia, España, Francia-, los partidos socialdemócratas están en declive mientras en el Reino Unido los laboristas no dejan de escalar posiciones en las encuestas de opinión. Nuevamente, su país es una excepción.

R. En el caso de esos países europeos que usted cita hay otro fenómeno asociado, y es que esos partidos llevan muchos años en el poder. Pero, en cualquier caso, creo que todos los partidos de izquierda se enfrentan a la misma situación tras el colapso de la ideología socialista y el replanteamiento de las posiciones de izquierda. Y esta es la razón por la que yo insisto tanto en reforzar los planteamientos teóricos laboristas, en construir un marco ideológico, para poder enfrentarnos al nuevo mundo que nos aguarda. Un mundo que es radicalmente diferente en los aspectos económicos, industriales, del mercado de trabajo, de las relaciones familiares, de todo. Ese es el reto para la izquierda.

P. Saltando a un tema por desgracia de actualidad, Bosnia, en el que ustedes mantienen un punto de vista similar al del Gobierno de Major. ¿No cree que el conflicto es la factura última que nos pasan una serie de errores previos?

R. Es fácil desde aquí hablar de errores pasados, pero es innegable que se cometieron, y que algunas independencias obtuvieron un reconocimiento internacional demasiado rápido. También considero que medidas de fuerza más contundentes al principio hubieran sido más eficaces. Pero, hay que afrontar que estamos donde estamos.

P. La prensa británica no deja de compararle con el presidente norteamericano, Bill Clinton. No sé si a estas alturas eso le complace.

R. (Risas) Supongo que es inevitable que se produzca esa comparación. Para empezar, los problemas que ha afrontado el Partido Demócrata no son muy diferentes de los que afronta aquí el Partido Laborista. Los demócratas han tenido que plantearse una modernización del partido, como nos ocurre a nosotros y a otros socialistas. Pero tengo que decir que sean cuales sean las deficiencias mostradas. por el Gobierno Clinton, una parte de la prensa ha sido enormemente injusta con él. Y suceda lo que suceda, es indudable que su campaña electoral ha sido un modelo y lo va a seguir siendo para muchos, otros partidos.

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