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Balladur pide a los parlamentarios franceses urgentes medidas contra la corrupción

Enric González

El primer ministro francés, Édouard Balladur, quiere erigirse en paladín de la lucha contra la corrupción antes de lanzarse a la carrera por la presidencia. En enero asumirá, muy probablemente, la condición de candidato, y necesita, por tanto, que diciembre sea un mes plagado de iniciativas para separar la política del dinero. El lunes por la noche recibió en su palacete de Matignon a representantes de todas las fuerzas políticas, salvo los socialistas, para convencerles de apresurar el paso legislativo. Este mismo mes, el Parlamento tendrá que debatir un paquete de medidas anticorrupción.Las líneas maestras del paquete legislativo serán las fijadas durante las últimas semanas por tres comisiones de expertos, especialmente la dirigida por el presidente de la Asamblea Nacional, el gaullista Philippe Séguin (véase EL PAÍS del 26 de noviembre). Se prohibirá a las empresas que financien partidos, se fijará un límite estricto paratodos los gastos electorales, se hará más transparente la adjudicación de obras públicas y concesiones de servicios y se estrechará la vigilancia sobre el patrimonio personal de los políticos. "La política consume demasiado dinero en Francia", afirmó Balladur en una entrevista televisada, "y lo más urgente es ahora prohibir lafinanciación por parte de las empresas".

Los socialistas se negaron a asistir a la reunión de Matignon, por considerar que se trataba de una "mascarada publicitaria" destinada a promocionar la figura de Balladur ante el electorado. "El debate corresponde al Parlamento, y ahí sí intervendremos", afirmó un portavoz socialista, para quien el primer paso para combatir la corrupción consistiría en restablecer las severas leyes aprobadas en 1992 por una Administración socialista que estaba al borde del colapso por sus propias irregularidades financieras. Las leyes de control de las adjudicaciones públicas fueron parcialmente derogadas, ennombre de la "eficacia administrativa", por el propio Balladur poco después de formar Gobiemo.

El trámite legislativo del paquete anticorrupción no será fácil. La coalición Unión para la Democracia Francesa (UDF), aliada de los gaullistas en el Gobiemo de Balladur, se muestra conforme con la necesidad de limpiar la vida pública, pero no está de acuerdo con algunos de los proyectos que serán propuestos al Parlamento. Los diputados de la UDF rechazan, muy especialmente, que se limite la acumulación de cargos, ya que entre ellos abundan los parlamentarios triples (nacionales, regionales y cantonales), que son a la vez alcaldes y, en algún caso, también ministros y presidentes regionales. La UDF subraya igualmente los riesgos de legislar con las prisas impuestas por el primer ministro, especialmente en un momento en que la proximidad de las elecciones presidenciales prevista para primavera exacerba las tensiones políticas.

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