Los republicanos designan a Gingrich para presidente de la Cámara de Representantes

Con la promesa de reconstruir la obra legada por Ronald Reagan, Newt Gingrich, la nueva estrella republicana que simboliza la revolución conservadora, se convirtió ayer de hecho en la tercera figura de la jerarquía de mando en Estados Unidos. En ausencia del presidente y del vicepresidente, el presidente de la Cámara de Representantes, puesto para el que Gingrich fue elegido ayer por su propio partido, es la máxima autoridad del país.

Su ascenso al cargo será el 4 de enero, cuando el nuevo Congreso comience sus sesiones, pero su designación será automática ya que el Partido Republicano consiguió en las elecciones del 8 de noviembre mayoría en la Cámara baja.

Como anticipo de lo que le espera al presidente Bill Clinton, Gingrich declaró un día antes de su designación como presidente de la Cámara que la mayoría de los actuales funcionarios de la Casa Blanca habían consumido drogas en los últimos cuatro o cinco años. El jefe de Gabinete de la Presidencia, Leon Panetta, desafió ayer a Gingrich a demostrar esa grave acusación o, de lo contrario, pedir públicamente disculpas.