_
_
_
_

El Gobierno ultima la desmilitarización del servicio secreto Cesid

Miguel González

El Gobierno aprobará en breve el Régimen del Personal del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), la norma que regirá en adelante el funcionamiento interno del principal servicio secreto español, según han confirmado fuentes del Ministerio de Defensa. Cuando esta norma entre en vigor, los militares que se integren en el Cesid deberán abandonar definitivamente las Fuerzas Armadas y renunciar a la carrera castrense.

Actualmente, casi la mitad de los 2.000 agentes con que cuenta el servicio secreto y la práctica totalidad de su equipo directivo son militares. Para ellos, la permanencia en el centro es un destino más, que pueden abandonar en cualquier momento para regresar a las Fuerzas Armadas. Conservan sus empleos militares y siguen la carrera castrense. Ascienden con sus compañeros de promoción y cobran con arreglo a su rango, ya se trate de suboficiales o de generales. Forman parte de las plantillas de las Fuerzas Armadas y su nombre figura en las escalillas militares, aunque para disimular su verdadero trabajo aparecen destinados en la Secretaría de Estado de Administración Militar, antigua Subsecretaría de Defensa.Esta situación cambiará radicalmente con la entrada en vigor del Régimen del Personal del Cesid, que actualmente ultiman el Ministerio de Defensa y el propio centro de inteligencia. En el futuro, los militares que accedan al servicio secreto pasarán un periodo de prueba, transcurrido el cual podrán elegir entre volver al Ejército o vincularse definitivamente al Cesid. Si toman esta última opción, y el servicio- secreto los acepta, tendrán que darse de baja en las Fuerzas Armadas y perderán su condición militar.

En consecuencia, ya no serán tenientes o capitanes sino miembros del Cesid en igualdad de condiciones con los demás, independientemente de su procedencia, y su carrera no será la militar sino la de agente secreto. Lo mismo sucederá a los guardias civiles y a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, que suponen un 30% del personal del centro.

La desvinculación del Cesid de las Fuerzas Armadas beneficia a ambos colectivos. Al Ejército porque, tras la drástica reducción de cuadros de mando de los últimos años, libera numerosas vacantes que, al estar ocupadas por personal destinado fuera de las Fuerzas Armadas, bloquean el ascenso de quienes siguen en ellas. Al Cesid también, pues los militares allí destinados tienen crecientes dificultades en su carrera, al no poder cumplir muchos requisitos, ligados a puestos operativos y mando de unidades, que exige la normativa castrense.

Pero, sobre todo, la reforma persigue homogeneizar el colectivo de agentes secretos, acabando con la paradoja de que personas que cumplen la misma función cobren cantidades distintas según su empleo militar, con el consiguiente agravio comparativo. Otro problema lo plantea el hecho de que sólo los militares, la mitad de la plantilla, esté sujeto al régimen disciplinario castrense y a las leyes penales militares, lo que no ocurre con policías y civiles.

Incompatibilidades

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En adelante, todo el personal del Cesid, al margen de su procedencia, cobrará con arreglo al puesto que ocupe y estará sujeto a un régimen común de derechos y deberes, con su vertiente disciplinaria. El nuevo régimen legalizará también la contratación de personal eventual y la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo fijo en el Cesid, sin necesidad de ser previamente funcionario o militar.

El proyecto del Gobierno incluye también un régimen de incompatibilidades específico para los agentes del centro, según el cual no podrán trabajar en empresas privadas de investigación o seguridad, como agencias de detectives, tras su dejar el Cesid. Esta incompatibilidad a posteriori es consecuencia del descubrimiento de una red de espionaje en torno al diario La Vanguardia, de la que formaban parte ex miembros o ex colaboradores del servicio secreto, como el coronel Fernando Rodríguez González, el guardia civil Manuel María Sánchez y Mikel Legarza, antiguo infiltrado en ETA.

En medios próximos al Cesid se considera, sin embargo, que la aplicación de un régimen específico de incompatibilidades, que dificulta la reinserción laboral de los agentes, debería ser compensada, so pena de resultar discriminatoria respecto a los miembros de otros servicios de información, como los de la Policía o la Guardia Civil.

El estatuto del personal del Cesid está pendiente desde enero de 1990, cuando entró en vigor la ley del Régimen del Personal Militar Profesional, en cuya disposición adicional octava se contempla su aprobación. Se trata de una de las pocas previsiones de dicha ley que no se ha desarrollado aún.

El reglamento será, en cierto modo, la herencia del director general del centro desde 1981, Emilio Alonso Manglano, de 68 años, cuyo relevo se producirá, a más tardar, tras las próximas elecciones generales. Tras su aprobación, Manglano tendrá más razón cuando se queja de que se califique al Cesid de servicio secreto militar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_