Berlusconi propone a sus ministros un decálogo para seguir gobernando
Reforma federalista, reforma estructural de la Administración pública, aceleración de la privatización de empresas estatales, promoción de inversiones y del empleo son los elementos básicos del programa de 10 puntos que Silvio Berlusconi propuso ayer a todos sus ministros, reunidos en consejo, para que éstos confirmaran su voluntad de seguir formando parte del equipo. El debate del programa comenzó con' gran retraso. Algún componente del Gabinete propuso que fuera aplazado, pero anoche se anunció que había sido cerrado."Esta es una primera etapa importante", dijo, no obstante, el ministro del Interior y número dos de la Liga, Roberto Maroni. "El Gobierno deberá dotarse de un programa serio y de un calendario preciso con objetivos de signo federalista. El segundo paso será el que se dé tras la aprobación de los presupuestos", añadió, aludiendo a la distinción introducida entre un "voto de confianza técnico", interno al Gabinete; y el "voto de confianza político". que se dará en enero.
Él líder liguista, Umberto Bossi, manifestó que en el Consejo de Ministros "no se puede hacer una comprobación, sino adoptar una simple decisión programática, que no implica un acto político" como es la confianza. Para que se Otorgue esta última tienen que intervenir las secretarías de los partidos. El decálogo de Berlusconi no incluye novedades con respecto al programa original de su Gobierno. Se trataba, pues, de volver a confirmarlo a, través de un rito que, como ha sido frecuente en la política italiana, termina siendo puramente retórico.
Concesiones importantes
Se juega con las palabras; como también cuando se debate si lo que Berlusconi ofrecerá en la reunión que tiene prevista celebrar hoy con los sindicatos es o no una separación de la reforma de las pensiones de la ley de presupuestos para 1995, como piden los sindicatos. Se diga lo que se diga, resulta claro que, en su actual situación de debilidad, Berlusconi está dispuesto a hacer concesiones importantes.Pero este desarrollo retórico puede ser de gran utilidad para el primer ministro, porque, en Italia, lo mismo que se habla se deja de hablar. Y podría ocurrir que, a la vuelta de las Navidades, ya nadie se acuerde de la confianza política que la Liga blande hoy como una amenaza a plazo. Aunque eso ayudaría poco a superar la inestabilidad del Gobierno.
Un punto favorable para Berlusconi fue la decisión ayer del Tribunal de Casación, favorable al traslado de Milán a Brescia del proceso contra un general y 48 policías fiscales y empresarios implicados en delitos de corrupción similares a los que se investigan en relación con el primer ministro. Los abogados de Berlusconi afirmaron que por la misma razón su caso debe pasar a Brescia. Pero los magistrados de Manos Limpias rechazaron esa pretensión. Como reacción, los portavoces de la oposición consideraron sospechosos que el primer ministro haya pospuesto su comparecencia ante los fiscales de Milán, pretextando una indisposición de su abogado.
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