Los médicos de familia alertan contra el exceso de pruebas médicas en la prevención de enfermedades

Una gran parte de las recomendaciones preventivas que se transmiten a la población se centran en exceso en la realización de pruebas médicas molestas para el paciente, costosas y de eficacia dudosa , según los expertos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, que celebró la pasada semana en Madrid su XIV congreso anual. "Este proceso injustificado de medicalización de las recomendaciones preventivas parece que responde más a los intereses de determinados grupos profesionales e industriales que a las verdaderas necesidades de salud de la población española", afirman los médicos de familia que elaboran cada año el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud en Atención Primaria (PAPPS)."Ponemos el acento , sobre todo, en el consejo médico y no en la aplicación indiscriminada de técnicas y pruebas, para construir perfiles de riesgo de los pacientes y dirigir así de la manera más personalizada posible las acciones preventivas", explica Amando Martín Zurro, presidente del Organismo de Coordinación del PAPPS, Ios consejos dirigidos a cambiar los hábitos y las actitudes del paciente es lo que se ha demostrado más eficaz en la atención primaria para influir en las condiciones de salud de la población".

Los especialistas reunidos en Madrid subrayan que muchas actividades de la atención primaria, como el seguimiento de embarazos, las técnicas de cirugía menor o la atención a los menores de siete años sólo se desarrollan en un 20% por la sobrecarga asistencial, el exceso de burocracia o la descoordinación con la asistencia especializada.

Martín Zurro pone como ejemplo de recomendación preventiva indiscriminada en los adultos las difundidas para prevenir el cáncer de próstata por algunos especialistas. "Uno se asusta un poco cuando ve que algunos urólogos recomiendan un tacto rectal anual a todos los varones a partir de los 40 o 50 años. La efectividad de una recomendación de este tipo no está científicamente demostrada, y desaconsejamos estas exploraciones indiscriminadas", añade.

Otro ejemplo es el de las citologías vaginales y el cáncer de cuello uterino. "Se trata de una buena prueba para detectar enfermas, pero en una situación como la de nuestro país, en la que hay una prevalencia bajísima de esta patología, el hacer este rastreo de forma generalizada anualmente causa más perjuicios que ventajas, porque en muchas mujeres da falsos positivos y se las somete a una angustia innecesaria", explica Joan Gené, miembro del organismo de coordinación del PAPPS.