Alegato nacionalista de Yeltsin en la frontera estonia

El presidente Borís Yeltsin aprovechó ayer la inaguración de un puesto fronterizo entre Rusia y la república báltica de Estonia para afirmar que Moscú no está dispuesta a ceder "ni un centímetro de tierra" y para descartar todo tipo de diálogo sobre, reivindicaciones territoriales a Moscú.Yeltsin, que trata de granjearse las simpatías de los sectores nacionalistas y patrióticos rusos, se manifestó así en el puesto de Kunichina-Gorá (en la provincia de Pskov), donde las tropas guardafronteras rusas que controlan el paso sobre el rio Pinzha estrenaban sus instalaciones recién construidas,

La Federación Rusa comenzó el pasado agosto una demarcación unilateral en esa zona, mientras Tallin insiste en la devolución de algo más de 2.000 kilómetros cuadrados de territorio, (situado mayoritariamente en Pskov y también en la provincia de Leningrado), que pertenecieron durante 20 años (de 1920 a 1940) al Estado estonio de entreguerras.

"Cuanto más pronto se den cuenta nuestros vecinos de la inutilidad de plantear reivindicaciones territoriales, tanto más pronto habrá posibilidad de establecer la frontera", dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Andréi Kózirev, que acompañaba al presidente, junto con el jefe del Servicio Federal de Guardafronteras, el general Andréi Nikoláiev, una figura en alza que ha conseguido mantener la independencia de su departamento frente a los intentos del ministerio de Defensa de anexionarlo.

A su llegada a Pskov, Yeltsin dijo que los servicios de espionaje extranjero y los contrabandistas tratan de penetrar en Rusia por el Báltico.