Navarra, una guerra cuerpo a cuerpo

Instantes antes de comenzar la reunión de su último comité ejecutivo, el sábado 12 de noviembre, los hombres de Unión del Pueblo Navarro (UPN) que lo forman se encontraron encima de la mesa fotocopias de un improvisado poema que dice: "Con el tiempo y sacrificando amigos, crearás espacio libre a tu alrededor. Nadie se te acercará demasiado". El autor del reparto fue Eradio Ezpeleta, concejal delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, y el texto pretendía calificar la actuación del presidente del Gobierno navarro, Juan Cruz Alli, compañero de ejecutiva del edil pamplonés, que desde octubre ha vuelto, a convulsionar las aguas del partido que gobierna Navarra.¿El motivo? Haber trasladado a los órganos decisorios de UPN (que es lo mismo que decir Partido Popular en Navarra) la necesidad de atajar, de una vez por todas y de la forma más conveniente, los crecientes rumores sobre el carácter presuntamente irregular de algunas actuaciones urbanísticas realizadas por el alcalde de Pamplona, Alfredo Jaime, miembro también de la misma ejecutiva regionalista.

La ejecutiva conoció el poema, titulado Instrucciones para la matanza de amigos, y acto, seguido aprobó, por 19 votos a favor, cuatro en contra y tres en. blanco, las conclusiones de una ponencia interna del partido que "absolvió" de cualquier culpa a Jaime, tras finalizar una investigación que ha incluido el análisis de sus cuentas y patrimonio personal.

Alli se quedó más solo que nunca en el máximo órgano de decisión de UPN, del que intentó arañar al menos, algún refrendo a su tesis sobre la subsidiaria responsabilidad política del alcalde de la capital navarra, al que culpó de manchar la imagen del partido, al haber liderado operaciones urbanísticas que han generado millonarias plusvalías para un reducido grupo de personas cercanas a él. Todo fue en vano. La guerra cuerpo a cuerpo que UPN ha vivido, aún no está acabada. Tampoco se ha producido dimisión alguna, como ha reclamado la oposición política de esta comunidad. Los amigos de la ejecutiva regionalista se han lanzado perlas cultivadas de grueso calibre. Alli afirma: "Lamento que la sociedad navarra sea mucho más sensible que mi partido ante la corrupción". Jaime contesta: "Perdono, pero no olvido. Nunca hubiese sospechado tal persecución de un amigo".

En esta situación, la sociedad navarra se pregunta cómo es posible que semejantes enfrentamientos se produzcan entre dirigentes de una misma formación política que comparten, al menos en teoría, objetivos similares con líneas de actuación institucional muy cercanas. La respuesta no es fácil de encontrar, aunque una parte importante de la motivación hay que hallarla en la necesidad que Alli vislumbra de que UPN se sitúe en la primera línea de la carrera preelectoral limpia de polvo y paja. Y la sombra de Jaime tapaba la luz. Con un Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE) que atraviesa sus peores horas, bajo el peso (le nombres como Gabriel Urralburu, Antonio Aragón o Luis Roldán, el presidente de Navarra decidió que "había un riesgo evidente de cara al próximo debate electoral y UPN tenía que demostrar su capacidad de autorregeneración".

Alli expuso ante los órganos internos de su partido que los rumores sobre irregularidades en la tramitación de diversos expedientes urbanísticos en Pamplona habían llegado desde la calle hasta su mesa de trabajo en forma de un documento anónimo y, tras darlo a conocer, propuso actuar.

El anónimo recibido por Alli aludía a la participación del vicepresidente de UPN y del Gobierno navarro, Miguel Sanz, en la nueva regulación foral para la implantación de grandes superficies comerciales en Navarra, como requisito imprescindible para las recalificaciones de terrenos sospechosas realizadas por Jaime. El documento pedía investigar, además, los expedientes urbanísticos relativos a la Construcción de la nueva estación de autobuses de Pamplona, la reubicación de la empresaPorcelanas del Norte y la venta de terrenos de Aceros del Sadar. Por último, se informaba de la participación en los referidos proyectos del arquitecto Juan Luis Irigaray, yerno de José Luis Navarro, cuya íntima amistad con Sanz y Jaime es un hecho conocido", según reconoce la ponencia interna de UPN.

Este partido nombró una comisión investigadora. Sus conclusiones afirman que no existe, ninguna prueba o indicio de corrupción en la actuación de Jaime. La ejecutiva de UPN así lo refrendó.

Desde la llegada de Alli a la presidencia del Gobierno navarro, en septiembre de 1991, la ventaja electoral de UPN como fuerza hegemónica en Navarra no ha hecho sino aumentar, pero el esfuerzo de este abogado, experto urbanista y gran estratega político, por modernizar las estructuras de un partido profundamente conservador como UPN, han agrietado en múltiples ocasiones la cohesión interna de sus dirigentes.

A la lógica lucha por el poder se ha unido, muchas veces, el interés de grupos de presión por evitar el "saneamiento político" del partido reclamado por, Alli. Así, la denominada mayoría renovadora que apoyaba al presidente se ha dividido. Una caída de Alli de las futuras listas electorales posibilitaría a su hasta ahora mano derecha Miguel Sanz gobernar el timón del Gobierno navarro. Los hombres procedentes del PP, casi siempre enfrentados a un Alli por delante de sus planteamientos, se han puesto del lado de Sanz en la defensa de Jaime. El hecho de que HB pusiera en manos del fiscal documentación relativa al caso ha permitido a los amígos de Alli acusar a éste de connivencia Política con la formación radical.

La sociedad asiste perpleja al enfrentamiento de estos compañeros de ejecutiva, que gobiernan Navarra mientras reparten anónimos y fotocopias insultantes. Por si fuera poco, el presidente dio un periodo de reflexión a dos de sus consejeros para abandonar el gabinete, acosados por presuntas actuaciones, irregulares. El consejero de Bienes tar Social. Ricardo de León, por haber adjudicado obras a una empresa propiedad de dos primos suyos, y el de Obras Públicas, José Ignacio López Borde rías, por un intento de recalificación de unos terrenos rústicos de su propiedad que le hubieran re portado beneficios económicos. Ninguno ha dimitido.

Izquierda Unida considera que el modelo político navarro de mutuo apoyo UPN-PSOE "está agotado" y lamenta la carencia de competencias para disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Eusko Alkartasuna ha afirmado que Navarra empieza a parecerse a Cantabria. El comité local del PSN de Pamplona recomienda ahora "extremar precauciones" a la hora de analizar la política urbanística de Jaime, que los socialistas habían apoyado hasta ahora, y Herri Batasuna asegura que los sectores más conservadores de UPN y PSOE han acordado una operación de acoso a Alli y un futuro Gobierno de coalición tras las elecciones.

Sobre la mesa del último comité ejecutivo de UPN apareció otro papel. En él se leía una cita de un libro de Historia de España: "Maura creía que Manuel Azaña era masoquista, porque disfrutaba, buscando conscientemente el odio de lo! otros, de un otro al que trataba a veces, sin venir a cuento, como enemigo". ¿Odio o auténticos deseos de limpieza política en los que Alli se queda solo?, se preguntan muchos.