Kohl es elegido por un solo voto canciller alemán por quinta vez consecutiva
El democristiano Helmut Kohl, de 64 años, consiguió ayer ser elegido canciller por quinta vez consecutiva en el Parlamento Federal (Bundestag), pero con sólo un voto por encima de la mayoría absoluta exigida por la Constitución. El resultado de 338 votos a favor y 333 en contra, sin abstenciones ni votos nulos, significa que, por lo menos, tres diputados de la coalición demoliberal votaron contra Kohl, aunque no fueron suficientes para impedir su reelección.
Sólo faltó un diputado de los 672 que componen el nuevo Bundestag y, cosa poco habitual, no hubo ningún voto nulo, ni abstenciones. La sesión parlamentaria se abrió en Bonn a las 10.00 horas. El único punto de la orden del día era la elección de canciller federal. A propuesta del presidente federal, el Bundestag pasó a votar, sin debate previo, sobre la persona de Kohl. A las 11.15 todo había concluido sin sorpresas. La disciplina de partido y el miedo al riesgo pudieron mas que los deseos de revancha y de ajustar alguna vieja cuenta pendiente con Kohl.La única emoción del día la sirvió un diputado democristiano del Estado de Baden-Wurtemberg, novato y desconocido, Roland Richter, director de academia de 37 años, quien estuvo a punto de perderse la votación. Richter se acomodó a dormir en un hotel en Königswinter, al otro lado del Rin, y llegó en taxi con casi tres cuartos de hora de retraso, cuando estaban a punto de cerrarse las urnas. El diputado trastabilló al salir del taxi e inició un sprint por la sala central, para llegar a tiempo entre los improperios de los democristianos encargados de controlar la votación. ¡Gilipollas!", "¡idiota!" eran alguna de las expresiones que le acompañaron en el tramo final, mientras en las caras se advertía la gana que tenían de darle una patada o algo más. Un secretario de Estado comentaba por los pasillos: "En estos casos nunca falta un idiota que pone todo en peligro".
Suicidio en el tren
El diputado liberal Jürgen Möllemann, uno de los que se aventuraba que podía votar contra Kohl, también tuvo problemas para llegar a Bonn. Un hombre que viajaba en el tren que le transportaba a la capital tuvo la ocurrencia de poner fin a sus días y se tiró en marcha.La sangre no llegó al Rin y ni siquiera le hizo falta a Kohl el voto de Richter, porque le sobró exactamente uno en la elección más apretada de las cinco que ha ganado en el Bundestag. Todo quedó claro cuando la presidenta del Bundestag, Rita Süsssmuth, entró en la sala y alguien le pasó una hoja a Kohl, quien pareció respirar aliviado. Una diputada hizo una seña de que introdujeran el obligado ramo de flores. Süssmuth leyó el resultado de la votación y, cuando dijo que Kohl había conseguido 338 votos, democristianos y liberales se pusieron en pie para aplaudir al viejo y nuevo canciller.
Koffl recibió el ramo de flores, saludó y se sentó tras recibir la felicitación de los jefes de todos los grupos parlamentarios, incluido el poscomunista Gregor Gysi del Partido del Socialismo Democrático, a quien el canciller se ha hartado de calificar de "fascista pintado de rojo". La presidenta del Bundestag le preguntó si aceptaba la elección y Kohl respondió con voz firme que sí. Entonces Süsmuth le deseó a Kohl "fuerza y la bendición de Dios para ejercer el cargo" y suspendió la sesión hasta primera hora de la tarde, para la prevista jura. del cargo.
Como si la providencia hubiese hecho caso a la presidenta del Bundestag en sus deseos, poco después de levantada la sesión, salió el sol en Bonn tras una mañana de perros con esa niebla que un día hizo escribir a John le Carre que "en Bonn cuando la niebla está clara, es verano y cuando está oscura, invierno".
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