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REFERÉNDUM EN SUECIA

Los suecos están en vilo ante el incierto resultado de la consulta sobre su adhesión a la Unión Europea

Xavier Vidal-Folch

Los suecos tienen el alma en vilo. Y el voto, partido por la mitad. 6,5 medio millones de ciudadanos deciden hoy en referéndum si Suecia se adhiere a la Unión Europea (UE), como Finlandia. Empresarios y sindicalistas están por la labor. Pero la melancolía neutralista, la memoria histórica de un Estado potente, el temor al deterioro del medio ambiente y a la pérdida de bienestar juegan en contra. La UE se juega en este envite toda la ampliación nórdica.Están inquietos, pese a la última encuesta, publicada ayer: 53% a favor, 47% en contra. "Cruce los dedos, queremos ser plenamente europeos, pero irá muy justo", dice Margareta Bjork, administrativa, mientras reparte pasquines e insignias a favor del sí en la plaza Stureplan, el centro de Estocolmo. "Europa, ¿dónde queremos estar si no?", se interroga Margareta. Y Europa es la UE, Los socios ex-EFTA del Espacio Económico Europeo lo dejan vacío: Austria y Finlandia ya se han pasado a la Unión. ¿Perderá Suecia a Finlandia por segunda vez en la historia?

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Este asunto, la presencia del país en el mundo, ha sido uno de las estrellas del debate. Él bloque de verdes, izquierdistas y socialdemócratas radicales del no defiende que es posible seguir manteniendo lazos con todas las regiones, como en los buenos viejos tiempos neutralistas. Clama contra la pérdida de, soberanía que supone la adhesión, al trarisferir capacidad de decisión a "los burócratas" de Bruselas. Y protesta contra el "deterioro del estilo democrático nórdico", las autoridades "se alejarán físicamente", mientras que ahora discuten con ellas en los bares y en las calles; como sucedió ayer en el multitudinario mitin del primer ministro, el socialdemócrata Ingvar Carlsson.

El bloque del sí contraargumenta: hay que "sentarse a la mesa" donde se toman "las decisiones que nos afectan y no renunciar a esta soberanía en favor de Finlandia o Dinamarca", como dice el primer ministro. Suecia es potente, pero pequeña, 8,7 millones de habitantes.

Sentarse ¿para qué?. Para resolver el otro problema central de la polémica, el desempleo. La recesión se ha superado: la economía crece este año al 2,5% (frente al 2% negativo del año pasado y cifras bajo cero desde 1991) y la inflación se ha reducido al 2,7% (frente al 4,9% de 1993). Pero el paro alcanza al 8,8% de la población activa.

El principal antídoto contra el desempleo es, claro, incrementar la inversión. El empresariado se ha empleado a fondo en la campaña, y ha obtenido el apoyo de los principales sindicalistas. Los presidentes de las cuatro grandes firmas exportadoras (automóviles Volvo, telecomunicaciones Ericsson , papelera Stora e ingeniería ABB), que totalizan un tercio de las ventas al exterior, han escrito un manifiesto alertando del peligro de "quedar aislados en el estrecho mercado sueco", y comprometiéndose a invertir 7.000 millones de dólares (cerca de un billón de pesetas), en los próximos cinco años si gana la adhesión.

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