El cúmulo de acusaciones pone al consejero Cullell al borde de la dimisión

Josep Maria Cullell tiene los días contados como consejero de la Generalitat. Su salida del Gobierno catalán se anticipará, según fuentes del propio Ejecutivo, a la reforma prevista por Jordi Pujol. La acumulación de denuncias sobre su conducta hace insostenible su permanencia en el Gobierno. Algunas fuentes incluso dudan de que llegue al próximo viernes, día en que debe intentar convencer a la oposición en el Parlamento catalán de su inocencia frente a las acusaciones de tráfico de influencias.

Josep Antoni Duran, líder de Unió, a una pregunta sobre la conveniencia de afrontar la situación mediante un cambio de Gobierno, manifestó ayer en TVE: "Hay ciudadanos, incluso electores nuestros, que nos aprecian y que en estos momentos se dicen: 'Creía que eran diferentes y son iguales'. Hemos de recuperarlos, y para ello no basta con discursos más o menos bonitos: se tendrá que demostrar con hechos la voluntad de recuperar nuestra credibilidad". Duran añadió: "La hayamos perdido justa o injustamente".El líder de Unió precisó que gran parte de sus puntos de vista son compartidos por Pujol. La única reserva que, según distintas fuentes, mantiene Pujol para anticipar la salida de Cullell es que no aparezca como una victoria de la oposición.

La crisis en el Gobierno era palpable ayer en la desorientación de los diputados de CiU en el Parlament que son miembros de la comisión encargada de los asuntos del departamento de Cullell. Los diputados de la mayoría renunciaron a defender la actuación de Cullell en un nuevo asunto urbanístico en el que la oposición le acusa de imponer una promoción inmobiliaria al Ayuntamiento de Argentona, cuyo alcalde es de CiU.

Cullell ha autorizado esta urbanización en sus dos etapas como consejero de Política Territorial, la primera en 1983 y luego en 1993. En ambas ocasiones lo ha hecho atendiendo a recursos de los propietarios, representados por Olegario Soldevila, uno de los consejeros de Banca Catalana en la época en que la dirigía Pujol.

Tras escuchar las intervenciones de todos los grupos de la oposición en exigencia de una rectificación de Cullell, Eudald Casadesús, diputado de CiU, dijo: "Tenía preparada una justificación de la decisión del consejero, pero a la vista de la evolución jurídica del caso durante los últimos días les propongo que suspendamos la votación unas semanas".

A todo ello se agregó también ayer la exhumación de otro trapicheo urbanístico del cuñado de Cullell, Joan Vilaró, el beneficiario del tráfico de influencias imputado al consejero en el caso La Riera. Vilaró vendió en 1990 por 25 millones de pesetas una finca de Tona (Osona) valorada en 400.000 pesetas cuatro años antes, según informaba la edición de ayer El 9 Nou. La finca fue vendida a Piensos Baucells después que la Generalitat autorizara la construcción de una fábrica en aquel terreno, calificado como rústico. Cuando se concedió esa licencia Cullell era consejero de Economía.

Cullell presentó ayer una denuncia contra quienes han sustraído documentos de su familia o grabado su voz. Cullell no se querella contra las publicaciones que han reproducido los pinchazos telefónicos por tratarse de una acción no penalizada aunque la cree inmoral.