Felipe González denuncia la "bajeza moral" de lanzar acusaciones falsas sobre su familia

Felipe González recurrió anoche a la energía con que antaño reforzaba su credibilidad para asegurar que nunca ha concedido trato de favor a su familia o a sus amigos. El presidente del Gobierno afrontó, durante la mitad de los 15 minutos de charla televisiva en Antena 3, las imputaciones sobre el enriquecimiento de su cuñado Francisco Palomino, y atribuyó a los autores de esas acusaciones un móvil político de oposición destructíva: el temor a que la recuperación económica favorezca electoralmente al Gobierno. En tono indignado, calificó de "bajeza moral" implicar a su familia en la lucha política.

Tres veces aseguró que él nunca ha concedido ni va a conceder trato de favor a familiares y amigos. Además de comprometerse *a "hacer la vida muy dificil al que pretenda corromperse", González advirtió que combatirá con firmeza a quienes basen su crítica al Gobierno en mentiras o difamaciones gratuitas.Primero, trató de limpiar su imagen de las acusaciones de favorecer a su cuñado, publicadas por el diario El Mundo, al que no citó. "Nunca he hecho un aprovechamiento personal de mi cargo", afirmó. Después, atacó el trasfondo político de esas acusaciones. Recordó que en septiembre había un clima de sosiego y subrayó que ahora se ha vuelto a un ambiente de crispación.

Un cambio que, según él, no es ajeno a los intereses de quienes temen que la recuperación económica beneficie políticamente al Gobierno. Y el Ejecutivo, enfatizó, actuará con firmeza para aprovechar todas las posibilidades de la recuperación e invita a los ciudadanos a seguir por esa senda y orillar a quienes se mueven de forma "mezquina".

Combatir la mentira

González reconoció que ha habido casos muy graves de corrupción que han creado una gran alarma social. Pero se rebeló contra el aprovechamiento de esa alarma para lanzar imputaciones falsas. Por tanto, dijo que combatirá con la misma firmeza a los corruptos y a quienes lanzan falsas actuaciones de corrupción. La forma de evitar el regreso al "clima de Inquisición" y el verdadero respeto al Estado de derecho, arguyó, exige que quien lanza una acusación tenga que probarla.

El presidente del Gobierno afirmó que, "cualquiera puede tener en su familia un aprovechado", pero añadió a continuación que él ha tenido la fortuna de que sus familiares nunca le hayan pedido un trato de favor. "Es una bajeza moral utilizar sin fundamento a la familia en la lucha política", sentenció.

Pero el PP ve a González en caída libre. Ésa es la imagen con la que el PP quiere resumir, y quizá caricaturizar, la situación que atraviesa el presidente del Gobierno. Un descenso acelerado por el peso de los casos de corrupción -entre los que el PP no duda en incluir a Palomino-, pero que está amortiguado por el paracaídas de Jordi Pujol. Y eso le hace revolverse a José María Aznar, que ayer volvió a proclamar que el país sigue sufriendo la política socialista porque CiU la apuntala, y pidió a Pujol que "no pierda los nervios" en sus críticas al PP.

Los populares cerraron ayer filas en torno a Aznar, veinticuatro horas después del portazo de Pujol al líder del PP. Rodrigo Rato, portavoz popular en el Congreso, declaró en conferencia de prensa: "Estamos en una situación que parecería que no hay límite a la caída. Creo que estamos ante un intento desesperado de, mantener el poder a cualquier precio".

Según Rato, no será posible resolver del todo los problemas de España hasta que no se acabe «con. esta ficción de estabilidad política que no tiene nada de estabilidad". Sólo veinticuatro horas antes, Pujol había dejado claro que respalda al Gobierno, sin ningún tipo de ambigüedad, y que posee poderosas razones para no dispensarle esa confianza a Aznar.

Entretanto, González mantenía en La Moncloa un almuerzo, que se ha convertido en periódico e institucional, con el presidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero; el del Consejo General del Poder Judicial, Pascual Sala, y los del Congreso, Félix Pons, y del Senado, Juan José Laborda.

Rato reprochó al Gobierno que hace seis meses no aludiera, en la respuesta a un parlamentario del PP, al carácter secreto de las obras del búnker construido bajo La Moncloa y ahora invoque ese secreto cuando investiga la prensa. Un portavoz de La Moncloa recriminé al PP la escasa documentación con que a veces hace afirmaciones, ya que el secreto de esas obras data del 4 de noviembre de 1988, y a un diputado del PP le fue recordada esa aplicación del secreto en una respuesta parlamentaria, el 30,de septiembre de 1993.

Secretos

Ahora, el Gobierno quiere disipar cualquier sospecha sobre la adjudicación de las obras, sin transgredir la Ley de Secretos Oficiales ni levantar tampoco la reserva impuesta sobre la construcción del búnker. El Consejo de Ministros solicitará hoy, casi pon. toda seguridad, a la Intefvención del Estado que examine todos los contratos y remita al Gobierno sus conclusiones. El, informe será enviado después por el ministro de la Presidencia, Pérez Rubalcaba, a la Comisión de Secretos Oficiales.

El vicepresidente, Narcís Serra, exhortó públicamente a Francisco Palomino a que ejerza acciones legales frente a las imputaciones publicadas sobre él. Serra, que también eludió citar a El Mundo, afirmó en alusión al PP que "ningún partido que vaya a remolque de informaciones que se demuestren falsas y las utilice como instrumento de ataques, sin fundamento, puede ser garantía de democracia".

Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, lamentó la cultura del "todo vale", y exclamó: "A mí no me preocupa que el PSOE gane o pierda las próximas elecciones. Sólo me preocupa la falta de moralidad, que recuerda a los autos de fe de la Inquisición". "Si la moral implica obligaciones, ¿qué obligaciones tiene el director de El Mundo?". Leguina se respondió a sí mismo que no tiene ninguna en sentido moral, dado que sólo busca vender ejemplares.