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La Eurocámara fracasa en su tercer intento de elegir defensor del pueblo

Xavier Vidal-Folch

A la tercera no fue la vencida, sino el más lamentable bloqueo. La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo fracasó ayer en su tercera votación para elegir a un defensor del pueblo. La única ronda de votos registró igual resultado que la última de la sesión anterior: empate a 12 entre el español Álvaro Gil-Robles (independiente, patrocinado por los socialistas del Partido Socialista Europeo, (PSE) y el alemán Siegbert Alber (él mismo eurodiputado del Partido Popular Europeo, PPE, y miembro suplente de la comisión).Ni los grandes partidos (PSE y PPE) llegaron a un acuerdo, ni los tres abstencionistas, entre ellos el europarlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Antoni Gutiérrez, cambiaron de posición.

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No sólo nadie intentó el pacto, sino al revés. Todos procuraron encastillar sus votos y arañar voluntades rivales. De los 27 asistentes en la sesión anterior, nueve eran diferentes, en su mayor parte suplentes, y en general, más adictos a la disciplina de partido. La gaullista Anne Schaffner, propensa al diálogo, fue reemplazada por un duro. Los socialistas hicieron dos cambios técnicos.

Pero el cambio más significativo fue el de la eurodiputada popular española Ana de Palacio, no por su suplente, Laura de Esteban, sino por Gerardo Galeote, que no lo es. Galeote, de la cúpula de la delegación del partido de José María Aznar, quiso minimizar esta sustitución, atribuidapor sus rivales a que De Palacio hubiera votado por el candidato español. El voto es secreto.

De los 27 miembros, diez

son socialistas, ocho del PPE y dos liberales. Izquierda Unitaria, Forza Europa, los gaullistas, los verdes, la derecha (Europa de las Naciones) y los radicales tienen un diputado cada uno. Y hay un no inscrito: el nacionalista xenófobo flamenco Karel Dillen.

Pese a tanto encastillamiento, no encajaron las piezas: algunos socialistas debieron votar a Alber, y algún popular a Gil-Robles. Si es verdad que, como calculaba el PPE, éste atrajo el voto del derechista, el gaullista, el de Forza Italia y los dos liberales. Y que éstos dos últimos, como sumaban los socialistas, apoyaban a Gil-Robles.

Ana Miranda (PS) protestó porque no hubo votaciones sucesivas hasta llegar a un candidato, como indica el artículo 12 del procedimiento. Y tanto Gutiérrez, como Galeote y losu Imaz (PNV, integrado en el PPE) alabaron la bondad de los dos candidatos. Algunos aplaudieron la "coherencia" entre esta votación y la anterior.

Coherente o no, el caso es que la comisión fracasó. Ni cumplió el reglamento, que le ordena presentar al plenario un candidato único. Ni siguió las instrucciones de cumplirlo que le había dado el presidente del Parlamento, el socialdemócrata alemán, Klaus Hänsch. Ni siquiera sabe ahora qué debe hacer. Lo único que decidió fue pasar la pelota otra vez a Hänsch.

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