Cuatro semanas para reaccionar
¿Qué les pasa a los serbo-bosnios? Desde Belgrado, donde cunde la preocupación, algunos especialistas serbios manejan, optimistas, la hipótesis de una genial estratagema. No sería, dicen, la primera vez que los hombres de Radovan Karadzic simulan una retirada para efectuar después una maniobra envolvente y asestar un duro golpe a su rival. Es, aseguran, lo que está sucediendo ahora en Bihac.En las recientes derrotas serbias en la meseta de Grabez, en la localidad de Kupres, en Bosnia central, o en las proximidades de Trnovo, al sureste de Sarajevo, los serbios han dejado tras de sí cinco carros de combate, numerosas piezas de artillería y pertrechos de todo tipo. Algunos civiles serbios, expulsados de Kupres, denunciaron que sus soldados, lejos de proteger su huida, les adelantaron en ésta abandonándoles a la suerte de los atacantes.
La autopsia de los 20 soldados serbo-bosnios muertos por un comando musulmán el pasado mes en Sarajevo resulta reveladora: todos superan los 40 años. Cada vez hay menos jóvenes en las filas serbo-bosnias. La juventud ha desertado de la lucha.
"Todas las indicaciones apuntan a un problema de desmoralización", asegura un analista estadounidense. "Los serbo-bosnios nunca han aparecido tan vulnerables".
En una guerra de 31 meses en la que han disfrutado de posiciones estáticas basadas en una superioridad artillera ha minado su capacidad de lucha y sacrificio.
El frío y la nieve dificultarán el movimiento de su artillería y de sus carros de combate, que son la única ventaja militar de la que disponen: 350 tanques frente a 65 musulmanes. Si pierden esa ventaja, la situación será dramática. "Los serbo-bosnios disponen de cuatro semanas" dice el analista.
El éxito es el principal enemigo de Alija lzetbegovic. Dos son sus peligros: exigir demasiado a sus tropas y asusta a Belgrado, lo que empujaría a Slobodan Milosevic a apoyar de nuevo a sus hermanos serbo-bosnios.
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