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El arresto del delegado del cartel de Medellín en Europa supuso dos años de pesquisas

Más de dos años de pesquisas ha necesitado la policía para llegar al que considera el delegado del cartel de Medellin (Colombia) en Europa. Finalmente, el conjunto de investigaciones, jalonado por la incautación de varios alijos de cocaína, culminó el pasado jueves con la detención de César Arango en la población de Caldes de Montbui, a unos 20 kilómetros de Barcelona. Arango fue detenido en un chalet en el que vivía con su mujer, Marleni Chaquea Hurtado, también detenida, y sus dos hijas. La casa, amplia y con un jardín espacioso, se halla en la urbanización Can Valls una de las ocho que, junto al viejo núcleo urbano, forman la población de Caldes.

El número total de detenciones efectuadas por la policía fue de 10, ocho en Barcelona y sus alrededores y dos en Palma de Mallorca. Pero la pieza que mayor satisfacción les reporta es Arango.César Arango, de 39 años y nacionalidad colombiana, ya había sido detenido en España en 1986 por posesión de cocaína, si bien la cantidad que se le ocupó en aquella ocasión -seis kilos- es una nadería comparada con los centenares de kilogramos que, según la policía, ha controlado en su viajes desde Colombia a diversos países europeos, pasando por España.

Arango es, según la acusación policial, el delegado para Europa del cartel de Medellín y, como tal, era el encargado de dirigir la recogida de los alijos, la mayor parte enviados por barco a través de contenedores que recalaban en el puerto de Barcelona antes de recibir nuevos destinos. También se ocupaba del blanqueo del dinero resultante de ese comercio ilegal.

Pero echarle las manos encima no ha sido fácil. Cada vez que la policía sospechaba o tenía noticia de la llegada de un alijo, establecía un dispositivo de vigilancia con el objetivo de alcanzar la cabeza de la red, pero se quedaba a medio camino. Es lo que ocurrió, por ejemplo, el pasado mes de junio, cuando se descubrió un contenedor en cuyo interior había 150 kilos de cocaína escondida en paquetes que supuestamente eran de café. Algunos de los paquetes sí contenían café, pero 150 de ellos llevaban un kilo de cocaína. El alijo hubiera alcanzado en el mercado un precio de unos 3.000 millones de pesetas.

Tras dos días de vigilancia en los que, nadie fue a recoger la mercancía, apareció José Moya Gómez aduciendo, entre otras cosas, que era Agente de aduanas -punto que resultó falso- Moya se llevó el cargamento a un almacen de Poblenoti y allí fue detenido, pero una vez más la vía hacia la cabeza quedaba cortada.

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En una de la ocasiones, explicó ayer uno de los policías que han seguido la investigación, los agentes sabían que uno de los contenedores transportados en un barco que había llegado a Barcelona contenía cocaína. Pese a ello, fueron incapaces de encontrarla en ninguno de los paquetes revisados. Finalmente, cuando ya desesperaban de encontrar el polvo blanco, uno de los agentes decidió taladrar la pared del contenedor: dentro había infinidad de bolsas con pequeñas dosis; en total, más de un centenar de kilos.La policía estaba convencida de que el cartel de Medellín tenía un hombre en Barcelona. Con frecuencia se incautaba de partidas de droga en cuyos paquetes aparecían las marcas de ese grupo delictivo, según explicaron ayer fuentes de la propia policía. Así que empezaron a, atar todos los cabos, a tratar de relacionar a los detenidos tanto en grandes golpes como en los pequeños, hasta llegar a César Arango, que fue sometido a vigilancia, previa autorización judicial, hasta el pasado jueves.

Arango vivía en Caldes de Montbui desde hace unos cuatro años, según su vecinos. Primero compró una casa valorada en unos 50 millones, que durante este tiempo ha reformado empleando en una cantidad similar, informa Josep Mas. El matrimonio apenas era visto en la vecindad. No ocurría igual con las hijas, que jugaban con los niños de la urbanización, si bien iban a un colegio situado en otro lugar, al que las llevaba siempre el chófer de la familia. La detención se hizo de forma muy discreta, explican los habitantes de las casas colindantes. Tan discreta que la policía municipal y la Guardia Civil de la población supieron de ella ayer, cuando leyeron las noticias en la prensa.

Durante estos años, Arango ha contribuido una telaraña de propiedades. Además de la casa de Caldes de Montbui, poseía un piso en la zona más cara de Barcelona y varios locales comerciales en el área comercial más céntrica de la ciudad, así como un bar. En todos estos locales encontró la policía abundantes documentos; entre ellos, algunos relativos a transferencias de diversos capitales a bancos situados en 'paraísos fiscales' según fuentes policiales.

Los agentes procedían ayer al análisis de la abundante documentación incautada, antes de que los detenidos comparezcan ante el juez, lo que está previsto que hagan hoy en el Juzgado número 29 de Barcelona, y en el de Granollers los que fueron detenidos en Caldes de Montbui. La operación ha sido efectuada por la brigada antidroga y ha contado con la asistencia del fiscal José María Mena.

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