Los palestinos de Yihad Islámica acusan al Mosad del asesinato de uno de sus dirigentes en Gaza

La muerte de Hani Abed, uno de los dirigentes de Yihad Islámica, al estallar una bomba colocada en su coche ha provocado un estallido de ira en Gaza, donde se acusa a los servicios secretos israelíes de haber preparado el atentado del miércoles. Yasir Arafat, responsable del autogobierno de Gaza, fue abucheado cuando pretendía sumarse al funeral y se vio obligado a abandonar el lugar antes de la ceremonia fúnebre.Hani, de 35 años, era una de las figuras más populares de la Yihad Islámica en Gaza, donde gozaba de gran predicamento. Además de profesor de Física en una escuela técnica de Jan Yunis, el asesinado ejercía de redactor jefe de Istiqlal (Independencia) el órgano de su grupo político. El Shin Beth (servicios secretos israelíes) le seguía la pista desde hace tiempo por considerarle como uno de los cerebros de la mayoría de los ataques que durante meses han sufrido soldados y civiles israelíes. Ya en mayo fue detenido por la muerte de dos soldados israelíes en Erez, el puesto fronterizo de Israel con Gaza. Fue puesto en libertad, tras 18 días de interrogatorios por falta de pruebas.

Fuentes palestinas comentaban ayer que "sólo el Mosad es capaz de preparar y colocar una bomba de ese estilo en el coche de Hani Abed", y el jeque Abdalá Shaami, uno de los líderes espirituales de la Yihad Islámica, fue amenazador: Isaac Rabin recibirá pronto nuestra respuesta. La muerte del mártir Hani Abed será vengada en el corazón de Tel Aviv". El pasado 19 de octubre, un hombre bomba del movimiento de resistencia islámica Hamás provocó la muerte de una veintena de personas. Hamás y la Yihad Islámica abogan por la destrucción de Israel y se oponen al acuerdo de paz suscrito por Rabin y Arafat.

Una gran muchedumbre acudió ayer al funeral por Hani y entre los asistentes había varios ministros del autogobierno palestino, encabezados por Arafat. El presidente de la Organización para la Liberación de Palestina fue recibido con gritos de "¡Arafat traidor!" y "¡Arafat, Arafat esto es la paz: cárcel y asesinatos!". El dirigente palestino no pudo acceder a la mezquita y se vio obligado a abandonar el lugar a toda prisa.

"Este asesinato va a hundir más a Arafat al qué aquí la gente ve cada vez más como un colaboracionista, como un servidor de Rabin", comentaba un conocedor de la situación en Gaza.

Uri Dromi, portavoz del Gobierno de Rabin, señaló en Jerusalén: "Hani Abed tenía enemigos no solo entre los paléstinos". Y añadió con tono apenas críptico: "Si le han matado a propósito es porque querían dar una señal. No se puede matar impunemente a gente inocente en el corazón de Tel Aviv, en Gaza o en cualquier otro sitio".