"El dolor y el humor siempre van juntos"
Para entendemos: Astrid Hadad es una mezcla salvaje de nuestras Alaska y Martirio, en versión mexicana. Pero, es otra cosa. El vestuario espectacular de esta menuda mujer es toda una escenografía pegada a su cuerpo. Sus escuelas histriónicas son la ópera y el teatro, pero ha creado su propio personaje, que en escena canta rancheras tan desgarradas que son sátira de sí mismas (en Me golpeaste tanto anoche lo hace vendada y con muletas). "El dolor y el humor siempre van juntos", comenta Astrid Hadad, que inicia una gira española que la trae mañana a Madrid, y la lleva después a Sevilla (día 4), Valladolid (día 5), Valencia (día 10), Zaragoza (día 11) y Barcelona (día 12).Lleva nueve años en la carretera, junto a sus Tarzanes, con actuaciones en Norteamérica y Europa. Astrid Hadad propone un espectáculo brillante y esperpéntico, con mucho colorido, sorpresa y una excelente voz. Es cabaré auténtico, posmoderno, original. Su repertorio está muy bien pensado y acaba de publicar su primer disco, titulado ¡Ay! "Muchos de los temas los elegí porque eran canciones tradicionales, que ya no se oían, pero que hablaban del amor de una manera particular", explica. "No sólo Me golpeaste tanto anoche -que me parece una oda al masoquismo y de la que yo hago una sátira-, sino otras, como El calcetín ('Como si fuera un calcetín, ay, tírame cuando esté rota...') o Bala perdida, que es muy surrealista. También hay otras, como Yo me muero donde quiera, en la que hago mofa del nacionalismo". Sus inicios han marcado la explosiva mezcla que culmina en el personaje escénico que ha creado. "Soy una prófuga de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de México. Estudié teatro, he cantado desde siempre, y quería ser cantante. Pero cuando vi lo aburrido que era pararme ante un público y empezar a cantar en un escenario intenté buscar otra cosa", recuerda. "Yo, de estudiante, era una idealista que iba a todo tipo de manifestaciones políticas, pero no quería ser una cantautora. Entré a la escuela de teatro con la idea de hacer algo como lo de Brecht y, Kurt Weill en los años treinta, una especie de cabaré. Después de una experiencia en ópera, con Don Giovanni, monté mi primer grupo. Yo tenía una investigación sobre la música ranchera, que estaba muy devaluada. Mis primeros espectáculos incluían de manera algo ingenua estas canciones, cantadas con ciertaironía. Poco a poco se fueron afinando ideas hasta lograr lo que hago hoy".
Un punto surrealista flota durante todo el espectáculo, pero esto a ella le parece lo más normal. "Ya lo dijo André Breton cuando llegó a México, que ellos no habían creado el surrealismo, que el surrealismo ya existía en México. Y así es. Lo que yo hago es algo muy natural, soy totalmente intuitiva. Lo que hago es el producto de un tamiz de una serie de ideas y cosas que me da lo que tengo alrededor. Pero yo encuentro que España también es muy surrealista", dice.
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