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La economía acerca a judíos y arabes en la cumbre de Casablanca

Tan importante como la cumbre de Madrid, de octubre de 1991. Ésta es la opinión del secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, sobre la conferencia económica internacional de Oriente Próximo y norte de África inaugurada ayer en Casablanca por el rey de Marruecos, Hassan II.La economía acerca tanto o más que el diálogo político a judíos y árabes. La reunión tuvo como preludio el pacto del líder palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro israelí, Isaac Rabin, para que, a partir de hoy, se empiece a levantar el cerco militar israelí de Cisjordania y Gaza.

La visión pesimista de la cita de 10 jefes de Estado y de Gobierno (entre ellos Felipe González), 60 ministros, 1.670 empresarios de 60 países y 900 dirigentes políticos es que la reunión concluirá con poco más que una pomposa declaración y una multitudinaria foto de familia. La optimista considera, por el contrario, que es por el diálogo económico por donde pueden llegar la integración y la paz definitiva. La Conferencia de Madrid abrió paso a los acuerdos entre Israel y la OLP que han conducido ya a la autonomía de Gaza y Jericó y a la vuelta triunfal de Arafat a Palestina. La de Casablanca puede cimentar el proceso.Hassan II, en su discurso de apertura, aseguró que "la paz es el resultado de una coexistencia cotidiana", de "la edificación de una sociedad donde se intercambian los intereses".

La reunión de Casablanca presta atención preferente a conflicto que enfrenta a los israelíes con sus vecinos árabes. El compromiso entre Rabin y Arafat rompe una incomunicación que duraba ya 11 días entre los dos ganadores junto a Simón Peres) del último Premio Nobel de la Paz, justo desde que un atentado suicida de Hamás se cobrara 22 vidas en Tel Aviv.

En Casablanca se hablará de, la creación dé un mercado común de la zona y de un gran banco de desarrollo regional, para el que el presidente de EE UU, Bill Clinton, y el de la Comisión Europea, Jacques Delors, han dado ya luz verde, según Peres, principal valedor de este proyecto, junto al príncipe Hassan, heredero del trono de Jordania. El titular de Exteriores israelí llego a soñar ayer con una especie de Benelux con Jordania, Palestina y su propio país.

La presencia en Casablanca de numerosos empresarios, como José María Cuevas, presidente de la CEOE, refleja el interés por inversiones que hagan posible proyectos tan ambiciosos como un puerto jordano-israelí en el mar Rojo o un gasoducto a través de Egipto, Gaza e Israel.

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