Los hijos del fallecido cantante interpretaron una canción para su padre

Un millar de amigos de Manuel Picón y Olga Mazano y de su música acudieron ayer al homenaje ofrecido a la pareja por26 artistas. El recital se convirtió en una velada familiar. Olga se mantuvo oculta, parapetada con su melena negra, tras un palco. El momento más emotivo del recitalfue cuando Tabaré y Nagot, los hijos de 21 y 15 años del artista, intepretaron una canción inédita de su padre sobre un hombre que cantaba "para insultar a la soledad".

La velada comenzó con un tango, interpretado por la voz desgarrada de Graciela Giordano, de Argentina. En ese país se conocieron Olga y Manuel después de que él se exiliara de su Uruguay natal. Cada minuto se sucedió entre la poesía de Gabriel Celaya, autor del verso "quizás cuando me muera dirán que fui un poeta", entonado por los presentes para Manuel Picón; los del propio Manuel, los versos cantados de Pablo Guerrero y la repesca de la primera época de Hilario Camacho acompañado de su guitarra.También el señorío acompasado de María Dolores Pradera, rubia de negro, se paseó por el escenario mirando hacia arriba, donde su "amiga" Olga Maznano escuchaba junto a sus tres hijos.

Luis Pastor recordó que la vida de Manuel "fue bonita porque vivió de la voz y la guitarra" y afiadió: "Alguna vez teníamos que ser solidarios con los que han sido solidarios".

. Todos los artistas actuaron desinteresadamente, y la sala fue cedida por CC OO también de manera gratuita. La recaudación se destinará a paliar la precaria situación económica por la que atraviesa la familia, especialmente desde que Manuel enfermó, hace cinco años.

"Pensarnos en no morir como mi padre", dijo en nombre de él y sus hermanos Tabaré Picón, el mayor de los hijos de Oiga y Manuel. Ayer estaban todos "sumidos en una mezcla de tensión, emoción, contento y vacíos de la presencia" de su padre" confesó, visiblemente emocionado. "A este tipo de actos solíamos venir toda la familia junta y ahora que no esta él se nota".Carta a un compañero

En nombre de Olga, que se mantuvo en todo momento apartada, Tabaré dijo que el acto de ayer significó "sentir el resultado de lo que sembró" Manuel Picón. En un momento del recital, se leyó la Carta a un compañero que Olga escribió a Manuel, publicada en EL PAÍS, en la que ella brindó el homenaje de ayer a "todos los artistas solitarios -españoles, sudacas, africanos...- que luchan en este país de poca memoria por una forma más digna de vivir".

Manuel Picón y Olga Manzano llegaron a España hace 20 años, y cuentan, entre sus obras más famosas, con Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta, so bre textos de Pablo Neruda. Ahora, Olga da clases en un taller de actores, y sus dos hijos mayores se dedican a la música "de otra forma, pero con el mismo mensaje de solidaridad" que marcó a su padre.